Estado

'El 80', centro de la guerra por el occidente

Staff/
El Diario de Juárez

2018-05-17

Originario de El Terrero, Namiquipa, a Arturo Quintana Quintana, “El 80”, se le atribuye controlar desde esa región occidente de Chihuahua parte de la operación del Cártel de Juárez en el trasiego internacional de drogas ilegales hacia Estados Unidos.
Entre sus instrumentos de control, de acuerdo con datos obtenidos por El Diario, estuvieron el apoyo de militares de élite desertores del Ejército Mexicano, como los integrantes del antes llamado Gafe, o Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales.
Así se lo informó en 2017 a la Comisión Estatal de Seguridad uno de los presuntos integrantes del grupo de La Línea detenidos en Las Varas, municipio Madera, luego de uno de los sangrientos enfrentamientos registrados en ese punto.
“El herido que se puso a disposición (del ministerio público) era un cabo desertor perteneciente al Gafe; él informó que La Línea tenía apoyo por parte del Cártel de Los Zetas, con elementos que habían sido todos del Ejército Mexicano, de los Gafes”, informó una fuente consultada en la región, cuya identidad se omite por seguridad.
Otro medio de control territorial con el que contó “El 80” fueron los gobiernos municipales, al grado de que, apenas en febrero pasado, su primo Helier Daniel Gutiérrez Quintana fue detenido por secuestro mientras era integrante de la organización criminal y, también, subdirector de Seguridad Pública del alcalde priista de Namiquipa, Ramón Alonzo Enríquez Mendoza.
“A pesar de los señalamientos en su contra, se mantenía como jefe policiaco”, informó El Diario en febrero pasado.
En marzo de 2016, de acuerdo con lo que reportó la luego asesinada periodista Miroslava Breach Velducea, “El 80” habría tratado incluso de lograr la postulación de su suegra, Silvia Mariscal, como candidata del PRI al gobierno municipal de Bachíniva, ubicado al sur de Namiquipa.
Este método de protección política, de acuerdo con datos de este medio, permitió desde el sexenio estatal anterior a “El 80” y su grupo –presuntamente también llamados “Los Linces”– consolidar su influencia sobre rutas y territorios de municipios occidentales como Ignacio Zaragoza, Valentín Gómez Farías, Buenaventura y Madera, además de Bachíniva y Matachí, mencionados ayer por el Gobierno federal.
A su tiempo como uno de los líderes de la organización criminal, de acuerdo con el Gobierno estadounidense, tocaron los años en los que el Cártel de Juárez se expandió de la cocaína y la mariguana a los negocios de la metanfetamina y, sobre todo, de la heroína, tanto con el aumento del cultivo de la goma de opio en la Sierra de Chihuahua como con su distribución en el mercado de Estados Unidos.
“El cultivo de opio controlado por el Cártel de Juárez se ha incrementado de manera significativa en el estado de Chihuahua desde 2013, rebasando a los plantíos de mariguana en algunas regiones”, estableció la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, sus siglas en inglés) en su más reciente “balance nacional sobre la amenaza de las drogas”.
En la estructura que presenta la DEA, Quintana Quintana, de 35 años, aparece en el liderazgo de La Línea junto con Jesús Salas Aguayo, alias “El Chuyín”, quien es originario de Villa Ahumada y se convirtió en líder de La Línea en la zona al arresto de Pedro Sánchez, detenido en 2008, y luego él mismo fue detenido en 2015.
Otro líder de la organización, aún libre, indica la DEA, es Julio César Olivas Torres, alias “El Sexto”.
Los tres, dice la DEA, cruzan la mercancía a través de la frontera Ciudad Juárez-El Paso y por las partes rurales ubicadas entre Palomas, Chihuahua y Columbus, Nuevo México, así como Ojinaga, Chihuahua y Presidio, Texas.
“Aun cuando no es tan expansivo como su rival el Cártel de Sinaloa, el Cártel de Juárez continúa impactando el mercado de consumidores de droga de Estados Unidos, principalmente en El Paso, Denver, Chicago y Oklahoma”, reportó la DEA en octubre pasado.

La caída
La suerte de Quintana en Chihua-hua empezó a cambiar a partir de 2016, año de cambios en los gobiernos estatal y municipales y cuando la DEA lo identificó e incluyó en su lista de los narcotraficantes más buscados por Estados Unidos.
En agosto de ese año, el entonces gobernador electo, el panista Javier Corral Jurado, le dio un plazo de tres días a partir del inicio de su mandato para salir del estado y, en febrero siguiente, lanzó un plan de intervención para desarticular las policías municipales de seis municipios considerados bajo su influencia.
La Gente Nueva, mientras, indican datos de este medio, aumentó sus posiciones en territorios que empezaron a mostrar altos indicadores de violencia, como el municipio de Madera, donde en julio pasado se registraron enfrentamientos con hasta 15 víctimas –como uno en Las Varas–, Cuauhtémoc y El Valle de Juárez.
“Empezaron a cerrar poco a poco la zona de dominio de La Línea”, informó la fuente policiaca consultada.
Fue para este embate, se informó, que La Línea contó con refuerzos de ex militares procedentes de la organización criminal también trasnacional conocidos como Los Zetas.
En medio de un aumento generalizado en la violencia en la entidad, con desplazamientos de grupos armados, incendios, “levantones”, decapitaciones y balaceras, la zona occidente se convirtió así en la que mayor aumento en los indicadores de homicidios registró hasta febrero pasado, con un 98 por ciento más que en el año anterior.

redaccion@redaccion.diario.com.mx

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