Estado

Un adolescente y un ama de casa, entre las víctimas

Miguel Chavarría/
El Diario de Chihuahua

2018-02-05

Chihuahua— Daniel Magallanes deseaba convertirse en un DJ profesional. Siempre tenía sus audífonos puestos mientras escuchaba música electrónica. Tenía 15 años cuando la noche del 3 de febrero fue asesinado, junto con otras cinco personas, por un comando que disparó contra al menos 20 asistentes de una pelea de gallos clandestina.
Su abuelo llevó a Daniel y a su hermano de 10 años al Club Gallístico Santa María. Don Magallanes era aficionado a las peleas de gallos y quiso heredarles el gusto a sus nietos. Las aves siempre las peleó en casas, pero esta vez buscó probar –por primera vez– ganar en el redondel de un palenque.
Su gallo fue el último de la lista en pelear. Mientras la pugna se ejercía con euforia en el club, dos sujetos encapuchados entraron con armas largas al recinto. Se dirigieron con ‘cuernos de chivo’ hacia las gradas.
Fueron 30 segundos lo que duró el terror. Murieron seis personas, entre ellas Daniel, y resultaron heridos 14, incluyendo a su hermano de 10 años.
Al cesar la “lluvia de plomo”, en los redondeles había otra sangre. Los gallos seguían peleando.
Don Magallanes y su nieto menor sobrevivieron, las balas sólo los rozaron pero Daniel no corrió con la misma suerte. Su cuerpo fue velado ayer en una vivienda de la colonia Paso del Norte, justo donde acaba el pavimento y empieza la tierra.
“Si se va por esta calle, a la vuelta de los abarrotes, ahí va a encontrar a Alan Vallina y otros heridos”, instruyeron familiares para llegar a la casa de otra persona que fue asesinada en el mismo hecho.
Dos muertos y sus velorios, a dos cuadras de distancia, en el mismo barrio, donde a decir de los vecinos, ir a las peleas de gallos es una actividad familiar, por ello no se sorprendieron que hubiera menores en el interior del club.
Perla Jasso, madre de dos niños, es otras de las víctimas mortales. Ella fue con una amiga a ver las peleas. Tenía 32 años, secundaria terminada, gatos, un perro y una inscripción para entrar al Instituto de Belleza Consorcio.
Su plan era aprender a cortar el cabello, abrir un salón con su madre e independizarse. Sin embargo, Perla fue asesinada esa noche. Las clases empezarían el próximo 15 de febrero.
A ella le lloró una multitud de gargantas anudadas en los Funerales Miranda, de la avenida Pacheco. La mujer trabajó en varios restaurantes de comida rápida. Su último empleo fue en el Instituto Mexicano del Seguro Social, en una de sus funerarias.
A Leonardo Rodríguez y Josué Otero también los asesinaron en el palenque. Eran grandes amigos, dijo a El Diario el padre de Leonardo. Ambos fueron velados ayer en la misma funeraria que Perla.
Leonardo trabajó por diez años como fotorreportero para la publicación Progreso de Chihuahua. Su padre contó que abandonó el periodismo para independizarse y sentar cabeza. Se casó e hizo estudios de Automatización Industrial en la Universidad Pedagógica Nacional del estado.
“Trabajaban construyendo, compraban casas, las reconstruían y las vendían. Hacía varias actividades, todas lícitas. Él tenía 34 años. Él trabajó hasta hace unos años conmigo. Yo recorrí todo el estado y él me acompañó trabajando. Muy metido en lo suyo”, subrayó su padre.

Dan de alta a dos heridos
Un hombre de 43 años y un menor de 13 que llegaron al Hospital Central heridos tras el tiroteo en el palenque están fuera de peligro y ya fueron dados de alta, informó la Secretaría de Salud estatal.
La dependencia dio a conocer que al nosocomio llegaron tres personas, una de ellas un varón de 15 años que falleció por las heridas, mientras los otros dos eran atendidos por el personal.
Los nombres de los sobrevivientes no fueron dados a conocer por las autoridades.
Los cadáveres de Josué Otero, Leonardo Rodríguez, Juan Manuel Magallanes, Alan de Jesús Vallina, Héctor Murillo y Perla Jasso fueron llevados al C-4 para practicarles la necropsia de ley.

lchavarria@diarioch.com.mx

 

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