Miguel Chavarría/
El Diario de Chihuahua
Chihuahua— La actual dirigencia estatal del PRI, presidida por Omar Bazán, negó tener conocimiento sobre la relación que tuvo su precandidato a la Alcaldía de Chínipas en el 2016 con el cártel de Los Salazares.
El PRI estatal explicó a El Diario que la dirigencia actual no sabía del caso, debido a que el presidente del partido en Chihuahua en ese entonces era Guillermo Dowell.
En un comunicado, el tricolor estatal mencionó que para evitar filtraciones del narco a las filas del partido a nivel local, cada aspirante a un cargo de elección popular deberá “demostrar un modo honesto de vida”. Para eso, explica la misiva sin más ni menos, se solicitará información de quienes se postulen a las instancias correspondientes. Es decir, si el precandidato tiene antecedentes penales, no se lanzará su campaña.
No obstante, el único nexo con la delincuencia organizada del precandidato del PRI a la alcaldía de Chínipas, Juan Miguel Salazar Ochoa, no fue determinado por un antecedente penal, sino por ser sobrino del líder de Los Salazares, Crispín Salazar.
Al cuestionar sobre qué pasará si los precandidatos para las próximas elecciones locales están relacionados por nombre y sangre con integrantes de grupos del narco, el vocero del PRI estatal, Carlos González, comentó de forma simple que “no podemos partir de ninguna especulación” para actuar contra sus postulaciones.
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