Estado

Robó a bebé para retener a exnovio: Fiscalía

El Diario de Chihuahua

2017-12-18

Chihuahua— Adriana Chávez Leyva fue sentenciada a siete años de cárcel sin libertad condicional y a pagar 20 mil 700 pesos de multa tras aceptar su culpabilidad en el delito de sustracción del recién nacido Jonathan Issac, el pasado 11 de diciembre.
“Me arrepiento. Se me salió mi gran mentira de las manos, pero estoy contenta de que el niño está otra vez con su mamá”, dijo en una declaración leída por agentes del Ministerio Público.
Basado en declaraciones que personas cercanas a Adriana dieron a la Fiscalía General del Estado (FGE), se presume que el móvil del delito fue motivado por el deseo de la culpable de volver con su expareja mediante engaños de que esperaba un hijo de él.
En dichas explicaciones, Daniel menciona que tuvo una relación de tres años con Adriana Chávez, pero que la relación terminó en abril debido a que ella le fue infiel. Ante esta situación, la hoy culpable le confesó a su entonces expareja que estaba embarazada de él.
Adriana les anunció a todos que su parto sería a inicios de diciembre en El Paso; el día en que daría a luz a su supuesto hijo, familiares aseguraron que ella viajaría a la ciudad texana para ser atendida en el Hospital Thomason. Sin embargo, Adriana nunca cruzó la frontera, sólo fue a Delicias.
“Nunca me fui a El Paso, me fui a Delicias. Dormí en mi carro afuera de una Iglesia”, aceptó Adriana Chávez respecto a si había viajado a Texas para llevar a cabo su parto. Luego de esto, visitó la capital del estado, donde fue a parar al Hospital Central para engañar a la madre de Issac y robárselo. La culpable actuó sola y nunca existió la participación de un segundo implicado.
Luego de que Adriana sustrajera al menor de las manos de su madre, se dirigió con su exnovio para presentarle a quien fuera su supuesto ‘hijo’ Iaan: “Yo ya había tenido a un hijo. Cuando lo vi, me sentí emocionado. Pero cuando lo vi a él (Iaan), no sentí nada”, admitió Daniel.
No obstante, Daniel decidió hacerse responsable del bebé con la condición de que le hicieran una prueba de paternidad a Iaan (quien realmente era Jonathan Issac); puesto que la expareja sabía que Adriana le había sido infiel.
Tras esto, Adriana se molestó con su expareja y se retiró, para luego reunirse con sus amigas y presentarles a su supuesto ‘hijo’. Una de ellas dijo a la FGE que no notó un desgaste físico evidente en su amiga: “La vi como si nada después de dar un bebé”. “Yo continuaba con mi mentira a Daniel y a mis amigos”, rindió en su declaración la plagiaria.
Un día después, cuando la noticia de que el recién nacido Issac había sido robado de los brazos de su madre se divulgó rápidamente en redes sociales, una amiga de la plagiaria cayó en cuenta de que el niño de las fotografías de la Alerta AMBER era el mismo que Adriana le presentó la tarde anterior.
Durante el mes de Abril, Adriana vacacionó con sus amigas en Mazatlán, Sinaloa. En el viaje, la culpable les reveló que había perdido, en años previos, a dos hijos. Uno fue de Daniel y otro de una expareja sentimental, según declaraciones de sus amistades.
Informes médicos de la FGE, presentados por las representantes del MP durante el juicio, “(Adriana Chávez) no presenta alteración emocional o conductual y no presenta datos de parto reciente”.
Días después del secuestro de Issac, Adriana Chávez Leyva llamó desde el celular de una amiga a las autoridades para confesar que era ella quien había sustraído a Issac. Justo después de que los agentes le pidieran indicaciones para contactarla en persona, la llamada terminó. La amiga retiró la tarjeta SIM del celular y la tiró.
El pasado jueves 14 de diciembre elementos de seguridad detuvieron a Adriana Chávez Leyva en el domicilio de su abuela paterna.
El juicio se llevó a cabo ayer en la Ciudad Judicial a cargo de la jueza Guadalupe Hernández, donde después de decretar el auto de vinculación a proceso, la imputada autorizó renunciar a un juicio oral y aceptar su autoría en el delito de sustracción de menores.
Ambas partes ya habían llegado a un acuerdo para reducir la sentencia de la imputada. El juicio inició a las 3:30 de la tarde y acabó al filo de las 9:00 de la noche. Durante un descanso breve, Adriana Chávez se veía contenta, platicando con quienes le dictaron la sentencia condenatoria.

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