Salud Ochoa/
El Diario de Chihuahua
Chihuahua— El Estado tiene que encontrar una solución al desplazamiento de las comunidades indígenas afectadas por la violencia y, de ser necesario, asignar nuevos territorios para ellos, señaló Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz a pregunta expresa sobre la situación de violencia que enfrentan las etnias de la Sierra Tarahumara.
Dijo que en lo particular se decanta por la denuncia y por la búsqueda de un modelo universal para atender esta problemática.
“La violencia hoy día es universal y si no hay trabajo en los lugares de origen, porque hay mafias corporativas que se posesionan de los bienes materiales que los pueblos indígenas han cuidado por muchos años, yo estoy por la denuncia.
“Se tiene que encontrar un modelo con el que los pueblos puedan denunciar eso de tal forma que la denuncia pueda tomar control de esa situación, pero si solo mandamos policías y militares estamos perdiendo también, porque para resolver un problema estamos armando otro problema.
“Y si el Estado no tiene una alternativa, cualquier organización civil puede hacerlo. Pienso que hay que asignar nuevos territorios si es posible, pero el Estado es quien tiene que encontrar una solución y no es con represión”, expresó la nobel de la Paz 1992.
Menchú abundó en que la mayor criminalización que han hecho los gobiernos ha sido a los pueblos indígenas y a las mujeres.
“Cuando luchan por sus derechos los tachan de comunistas y subversivos, pero también a las mujeres y entonces se dan los feminicidios, los casos más espantosos son cuando una mujer logra una mayor participación pública.
“Lo mismo sucede con los medios de información, cuando sale la verdad legítima entonces hay una persecución y censura a la comunicación”, expresó.
“Pienso que todo eso es parte de las dinámicas que tenemos que combatir, a veces a través de la asociación de los mismos afectados porque su voz es verdaderamente transformadora.
“Hay que acompañarlos, darles algunos criterios y alguna salida, pero no existe una salida global, se tiene que hacer de manera regional y acorde a las características de cada pueblo”, dijo.
La defensora de los derechos humanos abundó en que en muchas ocasiones, ni siquiera es la autoridad la que toma las decisiones, sino “las autoridades paralelas de las corporaciones mafiosas que están allí”.
“Si nosotros los abordamos no tenemos el poder real para proteger incluso nuestras vidas. Creo que la solución a largo plazo es la educación”, expresó.
Rigoberta fue cuestionada sobre la participación política de las etnias a lo que respondió:
“Se ha criminalizado mucho la política porque ha habido corrupción, falta de responsabilidad tanto de los políticos como de los partidos de crear una base sólida con ética, principios. Entonces hay un traspaso entre partidos y gentes y eso daña mucho la visión sobre los mismos y sobre el sistema electoral en general”.
El problema, dijo, es que es el único sistema que existe, por lo que la elección de 2018 se da en un momento óptimo para reflexionar sobre el destino de un país.
“Si hubiera otro sistema se optaría por ése, pero cuando no hay una opción lo más importante es la participación ciudadana para que se exija seriedad. Hay que reflexionar sobre el destino de un país, no sólo ver si me gusta o no el candidato, ver si éste llena o no el requisito para las transformaciones que la gente necesita o quiere hacer. Eso significa un alto nivel de conciencia ciudadana”, expresó.
sochoa@diarioch.com.mx