Heriberto Barrientos/
El Diario de Chihuahua
Chihuahua— En los últimos 10 años (2007-2017) la Fiscalía General del Estado (FGE), antes conocida como Procuraduría General de Justicia (PGJE), lleva documentadas la localización de 207 fosas clandestinas en el estado, de donde las autoridades recuperaron 441 osamentas y restos humanos.
Los municipios que encabezan este fenómeno delictivo son Ciudad Juárez, Guadalupe, Cuauhtémoc, Chihuahua, Ascención, Guachochi, Bocoyna, Guadalupe y Calvo, Praxedis G. Guerrero, Meoqui, Guerrero, Rosales, Guerrero, Carichí, Cusihuiriachi, Ojinaga, Riva Palacio y Madera.
En atención a la solicitud de información registrada en la Plataforma Nacional de Transparencia con el número de folio 075932017, la FGE respondió el pasado 4 de agosto que los restos humanos o restos óseos que fueron ingresados al Servicio Médico Forense (Semefo), una vez concluida la intervención pericial y transcurrido el termino de ley para su conservación, sin que existiera reclamo alguno por parte de los familiares, procedió a darles destino final por parte de la Dirección de Servicios Periciales y Ciencias Forenses a las fosas comunes.
El titular de la Unidad de Transparencia de la FGE, Juan Urbina Burciaga, informó que la Zona Norte encabeza el mayor número de hallazgos con 98 fosas clandestinas y 262 osamentas y restos humanos encontrados.
Le siguen la Zona Occidente con 48 fosas y 96 restos localizados, la Zona Centro con 37 fosas y 52 restos recuperados, mientras que la Zona Sur con 22 fosas y 31 restos óseos y humanos encontrados.
El presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), José Luis Armendáriz, dijo ayer que la localización de fosas ilegales es un problema que ha venido creciendo en los últimos años, debido al fortalecimiento de los grupos del crimen organizado en las distintas regiones de la entidad.
“Porque no siempre la guerra que sostienen entre ellos (delincuentes) se libra y desemboca en homicidios violentos en la vía pública, sino que hay regiones del estado en donde los que lideran esas áreas prefieren no ‘calentar’ la plaza como se dice y entonces optan por el esquema de la privación de la libertad de las personas, luego el asesinato en algún lugar clandestino y finalmente su inhumación bajo ese contexto”, explicó.
El ombudsman agregó que muchas veces el contexto para medir la violencia son los registros periodísticos de los enfrentamientos y que dan cuenta de los homicidios violentos.
“Pareciera que en ciertas regiones son bajos y hay una percepción de aparente calma, de que se trata de lugares tranquilos y citó como ejemplo la región noroeste que durante los años 2008, 2009, 2010 y 2011 los alcaldes se jactaban de que administraban municipios muy tranquilos, pero ahora nos damos cuenta de que son municipios con alto índice de desapariciones forzadas de personas (sic)”, dijo Armendáriz.