Estado

‘Muros no frenan delincuencia’

Luz del Carmen Sosa/
El Diario

2017-01-26

El Faro, Chihuahua— La mirada de Micaela se posa en las rodadoras que el viento arrastra al norte. Justo ahí el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contempla construir el muro que dividirá, aún más, ese país de México.
Esa es la función natural que en este ejido hace el Río Bravo y que por hoy lleva agua, dice Micaela.
“Está mal construir un muro”, considera la mujer que es, quizá, la última habitante al norte del Valle.
En el frente de su casa color rosa mexicano las gallinas transitan libremente; forman parte del menú, además de la leche de las cabras encerradas en corrales.
El resto de poblados, hasta Ojinaga la siguiente frontera, son prácticamente comunidades “fantasmas” a causa de la migración provocada por la violencia que azota esta región.
Guadalupe está situado a más de 70 kilómetros al oriente de Ciudad Juárez y es frontera con Fabens y Tornillo, Texas.
Praxedis G. Guerrero, el otro municipio colindante, cuenta con su propio cruce en la frontera con Fort Hancock, Texas, a 95 kilómetros de Juárez, justo donde termina el muro fronterizo.
Es en Guadalupe donde se viven dos escenarios distintos: una parte de la población vive detrás del muro y otra, desconoce la barrera que da paso libre a tortugas, faisanes, correcaminos y traficantes.
Los primeros mantienen su esperanza de vida precisamente en la buena relación comercial entre ambos países, al esperar la activación económica que traiga consigo el puente fronterizo Guadalupe-Tornillo, dice Fausto González Pérez, secretario del Ayuntamiento de este municipio.
González plantea que luego de la migración forzada de habitantes a causa de la violencia, la actividad económica aquí es limitada, pues los residentes laboran en empresas maquiladoras en El Porvenir, en el Gobierno Municipal o la agricultura, por lo que ampliar el muro no trae mayor problemática para los residentes en la cabecera municipal y ejidos cercanos.
Expone que actualmente el recién construido puente fronterizo opera al 10 por ciento y por ello desean la mejoría de las relaciones entre ambos mandatarios para activar la deteriorada economía.
Sin embargo teme que elevar las barreras entre ambos estados fronterizos pueda generar más brotes de violencia, pues es este territorio motivo de disputa entre los cárteles de Juárez y Sinaloa, precisamente por su ubicación geográfica y amplia frontera abierta.
La experiencia ha demostrado, explica González Pérez, que los muros no detienen la actividad criminal. La delincuencia no se frenó con la construcción del muro, asegura.
Pero sí complicará el tráfico de drogas a los EU de aumentar la presencia de la Patrulla Fronteriza, como también se prevé con la contratación de más de 5 mil agentes, según los anuncios del mandatario estadounidense.

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