El Diario de Delicias
2016-12-31
Camargo— La mayoría de los despachadores de gasolina pregunta a sus clientes en las estaciones de servicio “¿Va a llenar el tanque?”, al ver que son cada vez más los que desde ayer acuden a cargar combustible.
“Lo que usted cargó en este momento representará 120 pesos más a partir del domingo”, fue el comentario posterior.
En los centros comerciales de la ciudad la afluencia era igualmente nutrida. La cena de fin de año era la prioridad; sin embargo, los primeros clientes que comenzaron a advertir las posibles repercusiones del bloqueo carretero llegaban con la intención de surtir la despensa ante un desabasto de alimentos en perspectiva.
En la medida que la población comience a entender lo que viene a partir del primer día del año las compras de pánico se extenderán de las gasolineras a los negocios de víveres. Al bloquearse la circulación en las carreteras del país los camiones que surten alimentos no podrán llegar a su destino y la escasez de productos básicos comenzará en poco tiempo. Transportistas señalan que sin flujo en las vías, las poblaciones consumen su existencia en cuatro días.
La expresión de la gente en la calle es de solidaridad a cualquier convocatoria de protesta, sin entender cabalmente el caos que podría generarse por la razón de que no existe precedente alguno de un despliegue social de grandes magnitudes en el país para las actuales generaciones, la población centra su furia en lo que considera una de las más grandes agresiones del Gobierno Federal a la endeble economía familiar.