Luz del Carmen Sosa/
El Diario
Praxedis G. Guerrero— El director de la Policía Municipal, Máximo Carrillo Limones de 71 años, fue sepultado ayer miércoles en el panteón del pueblo. Lo acompañaron sus familiares, amigos, conocidos de los ejidos contiguos y los policías que estuvieron bajo su mando por casi un año y medio.
Una noche antes el comandante Max, como era conocido, fue velado en su casa.
La vivienda de adobe y techo de madera que revela la humildad en la que vivía el jefe policiaco con su esposa Gaby y sus hijos de 10 y 12 años, alojó el féretro color gris colocado en la sala.
Hasta ayer la familia seguía sin saber el porqué de la muerte violenta del único hombre que aceptó el cargo de jefe de la policía que nadie quiso por miedo.
Precisamente por ese temor es que los deudos de la víctima no descartan la posibilidad de solicitar el asilo político en los Estados Unidos.
Los hijos mayores del comandante Max expusieron que temen por la seguridad de la viuda y los niños pequeños.
Ayer durante el servicio funerario se observaron a corta distancia tres unidades de la Policía Estatal Única y otra unidad justo frente a la casa.
Luego de que el jefe policiaco fue asesinado, vecinos de Praxedis G. Guerrero denunciaron haber observado a los tripulantes de una camioneta tipo van blanca.
La unidad tenía días merodeando la casa del director de Policía. Otro vehículo similar se ha observado en Colonia, donde recientemente ocurrió una balacera, dijeron.
“Esa unidad es tripulada por hombres armados que ‘halconean’ en el Valle”, y es la misma unidad que ha seguido a los reporteros que están acudiendo a investigar los hecho”, dijeron los entrevistados.