Reforma
2015-04-27Distrito Federal— "Antropología" era una palabra remota para el jornalero indígena Pedro Zafiro. No pertenecía al lenguaje del Rancho Pitorreal, en el corazón de la Sierra Tarahumara, donde creció. Esa palabra lo define ahora: pronto será antropólogo social.
Zafiro es alumno del centro educativo que instaló el INAH en Creel, Municipio de Bocoyna, Chihuahua, y que, a sólo cuatro años de iniciada su operación en 2011, ya cerró tres de las cuatro licenciaturas que ofrecía.
Se trata de la extensión de la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM) que ahora sólo imparte una carrera completa y la formación inicial (tronco común) de las otras tres.
"A falta de espacio y maestros sólo se imparte Antropología Social", explica el antropólogo Rodolfo Coronado, el ex director de la EAHNM que impulsó el plantel en Creel y que ahora llama a que el INAH pueda mantener abiertas las carreras.
Al principio, los alumnos de la Tarahumara podían cursar, completas, Antropología Física, Arqueología y Lingüística Antropológica. Ahora, para continuar los estudios de éstas últimas, los alumnos tendrían que mudarse al plantel ubicado en la capital del Estado.
Zafiro Torres aboga también por la escuela gratuita que lo introdujo en el camino de la reflexión, lo acercó a los suyos y le ofreció herramientas para calibrar las violaciones a los derechos de los pueblos indígenas.
Sin embargo, después de la decisión del Consejo Técnico de rasurar las carreras, el INAH no ha publicado la convocatoria de inscripción correspondiente al ciclo 2015-2016 ni en su portal oficial ni en la página de la EAHNM ni en sus cuentas de Facebook o Twitter.
El resto de las escuelas que dependen del Instituto ya difunden sus convocatorias.
Para Coronado, en un territorio de disputa, tránsito y producción de droga no hay mejor manera de evitar que el crimen reclute a los jóvenes que un proyecto educativo-cultural.
De hecho, señaló que el personal de la EAHNM ha enfrentado las dificultades económicas y de seguridad que implicaban hacer el trayecto Chihuahua-Creel en el arranque del plantel.
"Prácticamente toda la plantilla de profesores hacía el trayecto, lo que implica gastos en traslado, desgaste de los propios profesores y el riesgo de estar subiendo y bajando de la sierra a la ciudad. En esos tiempos había una coyuntura de mucha violencia en la sierra, era un riesgo viajar en carretera", recordó.
Pidió que, al menos, pueda mantenerse la opción de terminar en Creel también Antropología Física, debido a que, afirma, es muy popular.
De no ser así, aboga porque los estudiantes que deban trasladarse a Chihuahua a terminar sus estudios reciban becas del Gobierno estatal para su manutención.