Lourdes Díaz López
El Diario de Chihuahua
Chihuahua— Adolescentes de 12 años en adelante cometen delitos tan graves como el homicidio, asalto, secuestro, violaciones, narcomenudeo, entre otros, conscientes de que hacen mal, en muchos casos motivados por intereses económicos, afectados por una sociedad consumista que sobrevalora las cosas materiales sobre los valores morales, informa el Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJE).
Durante el 2014 fueron procesados por delitos de alto impacto 991 menores entre los 12 y los 17 años y en lo que va del presente año, van 150 adolescentes que llegan a manos de la justicia. Entre los delitos que encabeza la lista de los procesados, incluyen casos tan extremos como el secuestro y el secuestro exprés, hasta la inhumación o exhumación de cadáveres, detalla la información.
El año pasado se juzgaron a 386 adolescentes por el delito de robo, de los cuales 307 fueron de robo agravado calificado, 25 de robo, 16 robo de vehículo y 38 robo en grado de tentativa.
Otros 180 llegaron a manos de la justicia por narcomenudeo, 35 por homicidio, 100 por delitos sexuales, 88 por lesiones, 16 por secuestro exprés, 45 por daños y 30 por violencia familiar, entre otros.
Entre los delitos menos comunes pero de los que también se presentan casos son: amenazas, allanamiento de vivienda, despacho, oficina o negocios; homicidio agravado/calificado en grado de tentativa, secuestro y secuestro agravado, aborto, homicidio en grado de tentativa, delitos contra la formación de las personas menores de edad, extorsión y extorsión agravada.
También son de los delitos menos comunes pero que sí ocurren, el homicidio en riña, la inhumación, exhumación a los cadáveres o restos humanos, la pornografía con personas menores de edad o que no tienen la capacidad para comprender el significado del hecho, hasta la simulación de secuestro, detalla la información.
Rogelio Guzmán Holguín, magistrado de la Sala de Justicia para Adolescentes, del STJE comenta que los adolescentes que delinquen, son el producto de diversas instituciones que han fracasado en los diferentes roles que a cada quien le toca hacer y que históricamente habían funcionado y lo dejaron de asumir, como la figura de la familia, como una autoridad y la educadora en los valores que se han perdido.
El padre y la madre que ejercían la autoridad sobre la conducta de los hijos se ha perdido, la autoridad que ejercía la iglesia como un ente regulador de la conducta, como lo bueno y lo malo, también ha fallado, así como lo ha hecho el Estado que no ofrece igualdad de oportunidades y no vigila a las instituciones de educación pública para que hagan lo que les corresponde, la figura del profesor como un líder y guía, también ha fallado, consideró.
Las modas y el consumismo, se han convertido en una fuente de presión para los adolescentes, cuyos padres no pueden ofrecerles lo suficiente para entrar en ese mundo de la competencia de ver quién trae las mejores marcas, en ocasiones la presión social por el tener, son un detonante para delinquir, para el robo, el asalto, el fraude, la extorsión, el narcomenudeo, motivados por el ingreso que les generará de forma rápida, añadió.
En estos casos, el menor sabe que está haciendo mal pero no le importa, a cambio de comprar cosas que regularmente no podrían sus padres, están dispuestos incluso a pagar el precio de la cárcel, ignorando lo que realmente significa, señala el magistrado.
Para el magistrado una de las fuentes de información que también motiva los actos ilegales en adolescentes es la información en Internet a la que tienen alcance a muy temprana edad sin la supervisión de un adulto. “cuando debiera de ser como en la vida real, yo siempre digo que es un mundo igual al real, a donde tú no dejarías ir a tu hijo en la ciudad, con desconocidos, también aplica en la red, pero ahora se usa el internet para entretener a los niños y ahí es otro mundo de personas, cosas e información que se deben cuidar”, comentó Guzmán Holguín.
Ejemplificó con un caso de un joven estudiante de bachillerato, de una familia totalmente funcional, con ambos padres que veían por sus hijos y sin necesidades de ningún tipo en la que un adolescente comente un robo agravado y termina en manos de la justicia, después del proceso y que regresó a la escuela, el grupo le aplaude, en señal de admiración y la popularidad que se ganó por el hecho “nos impactó mucho esa reacción de los compañeros de escuela, saber que los valores ya están distorsionados”.
Otros casos, son menores hijos de padres delincuentes que están en el total abandono, viven con la abuela, una tía o cualquier familiar. “En ocasiones cumplen la condena y no hayamos a quien entregárselos, no hay familia que se haga cargo y los tenemos que canalizar al DIF, otras ocasiones la familia prefiere ya no saber nada de ellos, no los acepta ya en su casa”.
Adolescentes infractores en el 2014
386 robo
180 narcomenudeo
35 homicidio
100 delitos sexuales
88 lesiones,
16 secuestro exprés
45 daños
30 violencia familiar
entre otros