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‘Era como La Tuta, defendía al pueblo’

Staff
El Diario

2015-04-17

Ahumada, Chih.- El probable arresto de Jesús Salas Aguayo, alias “El Chuyín”, considerado el principal operador del Nuevo Cártel de Juárez (NCJ), causó pesar entre los residentes de Ahumada, lugar  que destaca a nivel internacional por la elaboración de sus quesos y asaderos.
Esta comunidad se encuentra a 117 kilómetros al sur de Ciudad Juárez por la carretera Panamericana, informa la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
La sorpresiva búsqueda, en medio de un fuerte operativo militar por aire y tierra, originó cateos en varias propiedades de este municipio; una actuación que los pobladores, además de ilegal, consideraron innecesaria al afirmar que “todo mundo sabe dónde vive” el hombre al que llaman con aprecio “el patrón” o “el jefe”. 
Su rancho está a la salida de Ahumada, a menos de dos kilómetros al oriente de la carretera federal Juárez-México, desde donde se observa la cúpula de un caserón de color ladrillo, muy cerca del destacamento de la Policía Estatal Única, de la Presidencia Municipal, de la Policía Preventiva y también de las oficinas de la Policía Federal.
“El patrón era chingón”, “él defendía al pueblo”, “era como la ‘Tuta’… pero de Ahumada”, dicen los residentes de esta comunidad que lo aprecian por “ser gente”.
En esta zona rural los vecinos hablan a voz queda del operativo militar que los despertó y aseguran que la balacera duró más de una hora. Este dato lo comparten con orgullo.
Afirman que la gente bajo las órdenes de “El Chuyín” dio la pelea por “El Patrón”.
“No lo iban a dejar solo, nadie”, reitera.
“Así como usted y yo estamos platicando, sin problemas aunque no nos conocemos, así se podía platicar con él”, dice un residente de Ahumada dedicado al lavado de autos.
El hombre llega acompañado de otra persona al sitio donde se toman algunas fotografías de la casona de “Chuyín”.
“Dicen que agarraron al patrón, ojalá que no”, casi implora.
“Yo le llegué a lavar sus muebles (vehículos) y dejaba bien buenas propinas. Puro verde”, dice el entrevistado mientras se lleva la mano a la cabeza y la restriega en el cabello.
“Yo cobro 60 pesos por mueble, pero él daba de pura propina de 20 a 50 dólares”, dice añorando a su benefactor.
“El patrón caminaba solo, a veces nos veía comiendo y se acercaba y platicaba. En la tienda, cuando alguien iba a comprar comida o lo que fuera y él estaba en la fila, pagaba por todos”, asegura el entrevistado.
El municipio de Ahumada es estratégico para el trasiego de drogas, armas de fuego y todo tipo de contrabando entre México y Estados Unidos. Sus brechas comunican a los municipios fronterizos de Guadalupe y Praxedis G. Guerrero y permiten la evasión del punto carretero Precos, instalado por elementos del Ejército Mexicano. Además conecta con otros municipios al noroeste del estado.
Por eso es tan codiciada.
La diferencia entre él y el “Patas Cortas”, como apodaron a Joaquín “El Chapo” Guzmán, es que el primero siempre fue espléndido y el otro “muy hambreado”.
“Quería cuota para todo, en el Valle llegó a pedir 200 pesos por semana a los vendedores de cigarros, no dejó negocio sin cuota, por eso tronó todo”, dice un comerciante que identifica a “El Chuyín” como un hombre preocupado por su pueblo, porque la gente no tuviera hambre.
“Yo estuve con él en la primaria, aquí siempre estuvo como si nada, nadie lo molestaba, era apreciado y respetado por la gente, se le respeta por ley, lo que no se puede decir de otros, menos de la autoridad”, dice el comerciante.
La pregunta de los vecinos de Ahumada ahora es “¿quién viene a controlar la plaza?”
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