Estado

‘Estamos muy consternados’

Manuel Quezada Barrón
El Diario

2014-04-15

Chihuahua— El asesinato del seminarista Samuel Gustavo Gómez, del hermano en la fe, es un duro golpe para la misma humanidad, es algo muy cercano y sentimos el dolor ahora como otras tantas gentes lo tuvieron en situaciones similares con sus familias, dijo ayer el sacerdote de Cristo Rey en Delicias, Pascual Rodríguez Sáenz.
Entrevistado al terminar la Misa Crismal, donde el arzobispo Constancio Miranda anunció primero el secuestro del joven y al terminar la Eucaristía, la muerte del seminarista, el sacerdote dijo no recordar el asesinato de algún  otro seminarista en Chihuahua.
“Nunca se había dado eso. Todos estamos muy consternados”, señaló el cura de Delicias, Chihuahua.
Pidió a Dios fortaleza para los padres y que las misma gente reflexione que esa forma de actuar no conduce a ningún lado, ya que la violencia siempre seguirá engendrando más violencia. “Lo que se requiere son corazones que amen”.
Subrayó que en realidad hay mucha injusticia y todo lo que está en su alrededor como son los vicios, terminan desembocando en este tipo de hechos de muerte.
Ojalá y todos podamos reflexionar sobre el valor de la vida, desde la misma concepción, hasta sus últimos días.
Pascual Rodríguez indicó que cualquier vida es muy valiosa, “pero esto es muy difícil para todos, los mismos familiares se preguntan por qué él si era tan bueno”.
El sacerdote indicó que ha habido mucha gente buena que perdió la vida en situaciones similares, por lo que Dios permita que se pueda sacar una experiencia de eso, sobre todo de reconciliación y pedir mucho por los papás de este joven y de otras personas que han sido víctimas de la violencia, concluyó.
La pérdida del seminarista Samuel Gustavo deja en claro que la violencia sigue en grande en Chihuahua, señaló ayer el sacerdote de Nuestra Señora de la Soledad, Luis Duarte.
No sabemos se sabe muy bien si los delincuentes tenían intenciones de ir sobre él, parece que no, pero es una situación muy delicada, subrayó.
En entrevista dijo que se une a la invitación del arzobispo Constancio Miranda de que las autoridades pongan todo lo que esta de su parte para terminar con este problema.
Precisó que obviamente que para superar eso, esta pérdida afecta no sólo al Seminario y la Iglesia, sino a sus parientes y a toda la sociedad.
“Este es un sufrimiento que se ha repetido miles de veces en el estado de Chihuahua”, como en diversas partes del país.
El exrector del Seminario de Chihuahua, Gustavo Sánchez dijo que indudablemente que la muerte del seminarista es una noticia que sorprende y es reflejo de un problema que todavía no termina aquí, ya que la violencia sigue haciendo estragos en la comunidad.
Planteó que es necesaria la participación de todos para crear el ambiente propicio para que el don de la vida prevalezca y sea respetado.
El sacerdote dijo que esta es la primer vez que sucede un hecho de esta naturaleza, aunque precisó no tener más datos del hecho y al parecer no fue un agravio o ataque para la Iglesia y atacar tal cual al seminarista, sino fue un robo más con violencia con este triste resultado.
Finalmente planteó que al parecer este lamentable muerte del seminarista no lleva el mensaje de amedrentar a la Iglesia , sino que que fue un robo y ahora los delincuentes se estarán dando cuenta que la víctima se trataba de un seminarista.

Arzobispo dio parte de la
desaparición a Peña Nieto

El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann aprovechó su cercana relación con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para tratar de rescatar con vida al seminarista Samuel Gustavo Gómez, luego de ser privado de su libertad.
Como se sabe, el pasado 27 de noviembre del 2010, el arzobispo Constancio Miranda ofició la misa donde el ahora presidente de México, Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera, contrajeron matrimonio.
La ceremonia se realizó en la Catedral de la ciudad de Toluca, en Atlacomulco, lugar donde permaneció como obispo Constancio Miranda.
En una visita a Chihuahua, el Presidente Enrique Peña lanzó un caluroso saludo al arzobispo de Chihuahua, de quien dijo le daba mucho gusto saber de él, porque lo conocía desde que fue obispo en su tierra, en Atlacomulco.
Miranda Weckmann fue nombrado obispo de Atlacomulco el 4 de agosto de 1998 y posteriormente el Papa Benedicto XVI lo nombró titular de Chihuahua el 29 de septiembre del 2009 en sustitución de José Fernández Arteaga.
El obispo recibió un año después la petición del entonces Gobernador del Estado de México, Enrique Peña para que oficiara la misa de su boda con Angélica Rivera.
Al terminar la Misa Crismal, el arzobispo anunció consternado que el seminarista había sido encontrado muerto, lo cual provocó una reacción de lamentos y llanto entre los fieles.
El arzobispo salió del templo rumbo a la sacristía y ahí tuvo una reunión a puerta cerrada con la madre del seminarista, la abuela, tíos y primos del fallecido, donde les ofreció consuelo y seguir el curso legal del caso.
Antes de entrar a la sacristía, la madre del seminarista y la abuela abrazaron desesperadas y rompiendo en llanto, a varios sacerdotes, a uno le gritaban “¡padre, que no sea él! Y se aferraban al abrazo del cura, en otras ocasiones se preguntaban “¿por qué a él si era tan bueno?”.
Los sacerdotes mismos no encontraban palabras y sólo ofrecían un fuerte abrazo, mientras que rozaban con cariño la espalda de la madre.
Tanto la madre y la abuela fueron conducidas al interior de la sacristía de la Catedral, donde ya esperaba el arzobispo. Ahí pasaron casi una hora, mientras que representantes de diversos medios de comunicación esperaban afuera para recibir algún comentario adicional del jerarca católico. Sin embargo, el obispo y los familiares del seminarista abandonaron la Catedral Metropolitana por otra puerta lateral y evadieron la presencia de los medios de comunicación.
mquezada@diarioch.com.mx
 

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