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Baja la guardia

Agencias

2018-08-06

Los Angeles— Beyoncé abrió las puertas de su intimidad para hablar sobre el difícil nacimiento de sus mellizos el año pasado y cómo eso cambió su cuerpo, contando que había aceptado sus curvas y no estaba apurada por recuperar su antigua figura.

La cantante de 36 años, quien resguarda ferozmente su privacidad y rara vez da entrevistas, habló de su vida personal en la edición de septiembre de la revista Vogue, en la que aparece en portada con poco maquillaje.

“Tengo un poco de panza de mami y no tengo apuro por deshacerme de ella”, dijo Beyoncé en una entrevista difundida ayer. “Pienso que es real. Cuando esté lista para tener abdominales, me romperé el alma hasta conseguirlos”, agregó.

La cantante dijo que pesaba 99 kilos cuando se sometió a una cesárea de emergencia para dar a luz a sus mellizos Rumi y Sir en junio de 2017 y decidió darse tiempo para recuperarse en lugar de apresurarse a perder el peso del embarazo.

“Acepté ser más voluptuosa. Acepté lo que mi cuerpo quería ser”, declaró Beyoncé. “Fui paciente conmigo misma y disfruté mis grandes curvas”, agregó.

La influyente cantante, quien encabezó el año pasado la lista de Forbes 2017 de mujeres mejor pagadas en la industria de la música, con una estimación de 105 millones de dólares, dijo que decidió hacer la sesión de fotos de Vogue sin pelucas ni extensiones y con la menor cantidad de maquillaje posible.

“Pienso que es importante para las mujeres y hombres ver y apreciar la belleza en sus cuerpos naturales. Hasta hoy, mis brazos, hombros, pechos y muslos están más rellenos”, dijo a Vogue.

Linaje esclavista

En la entrevista en primera persona, Beyoncé también habla de su linaje, originado en una relación entre uuna esclava y su ‘amo’.

“Vengo de un linaje de relaciones rotas entre hombres y mujeres, de abuso de poder y de desconfianza. Solo cuando he visto claramente que soy capaz de resolver esos conflictos en mi propia relación he podido solucionarlo”, explica.

“Recientemente he investigado a mis antepasados y he descubierto que desciendo de un esclavista que se enamoró y se casó con una de sus esclavas. He tenido que procesar esa información, cuestionar qué significa e intentar ponerla en perspectiva”, asegura.

La esposa del cantante Jay-Z también demuestra a través de las fotos de la sesión con Vogue, su poder como ícono cultural. Fue ella, y no la editora de la revista, quien eligió al fotógrafo. Se trata de Tyler Mitchell, artista afroamericano de 23 años casi desconocido en la industria al que la cantante mostró su apoyo ofreciéndole un espacio hasta ahora reservado solo para artistas consagrados de la cámara como Bruce Weber o Mario Testino.

“Para mí es muy importante ayudar a abrir puertas a la gente joven. Hay demasiadas barreras culturales y sociales en esta industria y sé que tengo la obligación de presentar diferentes puntos de vista de gente que quizás siente que sus voces y su arte no importa”, dice Beyoncé.

“Imagina que nadie le hubiera dado su primera oportunidad a esas mujeres que llegaron antes que yo: Josephine Baker, Nina Simone, Eartha Kitt, Aretha Franklin, Tina Turner, Diana Ross, Whitney Houston… Ellas me abrieron las puertas, y rezo para que todo lo que yo haga sirva para abrírselas a la siguiente generación de grandes talentos”. Desde luego, va por el buen camino.

Beyoncé actualmente realiza una gira por Estados Unidos y Europa junto a su marido.

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