The New York Times
2017-11-12
Nueva York— Hay estrellas pop que no tienen filtros, y luego está Kelly Clarkson, algo así como un unicornio de la industria musical.
Tras ganar la primera temporada de ‘American Idol’, en 2002, se convirtió en uno de los pocos verdaderos descubrimientos de ese reality show.
Hasta ahora ha obtenido tres Grammys, ha colocado 11 sencillos entre el top ten y ha vendido más de 18 millones de copias de los siete álbumes que lanzó bajo el sello de RCA Records, su antigua casa disquera. Pero quizá lo más destacable es que se ha mantenido como una gran estrella pop a lo largo de década y media.
A diferencia de Beyoncé, no es enigmática ni inalcanzable; no tiene el impacto de Taylor Swift en redes sociales; tampoco ha creado un personaje como Lady Gaga ni es un ícono de estilo como Gwen Stefani.
No es conocida por sus dotes dancísticas, pero tampoco por sus escándalos ni por polemizar con sus colegas. Eso sí, no duda cuando se trata de callar a sus detractores o a cualquiera que se atreva a salpicar negatividad en Twitter.
Como Adele, basa su fama en su potente voz, la vulnerabilidad que plasma en sus canciones y una tremenda franqueza cuando se trata de exponer sus puntos de vista.
“No quiero que me impongan qué decir. No soy un títere, tengo cerebro”, señala.
Y pronto llevará esa franqueza a la TV, cuando debute como coach en ‘The Voice,’ en 2018.
Kelly también confía en que su nuevo disco, ‘Meaning of Life’, hable por sí mismo. Tras concluir su contrato con RCA (al que ella se refiere como un matrimonio por conveniencia), está haciendo lo que considera su primera declaración artística genuina.
Ha dejado atrás el pop-rock que se convirtió en su sello distintivo para enfocarse en el soul, género que la cautivó desde su adolescencia.
Sólo le pide a su público que se embarque con ella en este territorio más maduro, emocional, pues, por primera vez en 15 años, siente que lleva las riendas de su carrera. Y si fracasa (está consciente de los riesgos), al menos lo hará en sus propios términos.
“Definitivamente será más difícil. No es la ruta más sencilla. Pero es la única opción”, afirma.
Su punto de partida para ‘Meaning of Life’ fue su artista favorita: Aretha Franklin. Pero no quería que el álbum sonara anticuado; si acaso, nostálgico.
Para ello buscó canciones que capturaran su situación y sentir actuales: las complicaciones derivadas de estar emocional, mental y físicamente casada, así como la esencia de una mujer madura que se siente totalmente a gusto en su piel, tras años de críticas sexistas sobre su apariencia.
Uno de los temas clave del nuevo disco es ‘Whole Lotta Woman’, que alude al tamaño de su cintura, a su actitud y a su valía.
De cerca
Kelly Brianne Clarkson
Nació el 24 de abril de 1982 en Nashville, Tennessee.
Su esposo, Brandon Blackstock, es su manager.
Es fiel admiradora de Pink
Usa extensiones de cabello.
Es alérgica a los cosméticos, por eso sólo los utiliza cuando debe hacerlo.
Se considera a sí misma una nerd y ama ‘Game of Thrones’.