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Weinstein contrató espías para acallar acusaciones

El Diario de Juárez

2017-11-07

El magnate cinematográfico Harvey Weinstein recurrió a una red de detectives privados, abogados e incluso exagentes encubiertos israelíes en su fallido intento por impedir que The New York Times y la revista The New Yorker publicaran en octubre sus investigaciones en torno a las acusaciones de acoso y agresión sexual que se le hacen, dio a conocer el diario neoyorquino.
Entre las intrigantes medidas, descritas este lunes de manera pormenorizada en la página de internet de The New Yorker, se encuentra el uso de una agente que se hizo pasar como defensora de los derechos de las mujeres para hacerse amiga de una de las acusadoras, la actriz Rose McGowan, y espiarla. La misma agente se hizo pasar por una posible agraviada por Weinstein en un intento por conseguir que los periodistas compartieran información sobre otras posibles acusadoras, de acuerdo con la información de la revista, basada sobre todo en documentos e e-mails internos de Weinstein.
En un contrato con una de al menos tres empresas particulares de investigación que trabajaron para Weinstein, Black Cube, se indica que los “objetivos principales” eran brindar “inteligencia que contribuya con los esfuerzos del cliente de poner alto total a la publicación de un nuevo artículo negativo en un periódico neoyorquino líder” y obtener contenido de un libro que estaba por incluir “perjudicial información negativa en torno al cliente”. En la revista se identifica al periódico como The New York Times y a la escritora del libro como Rose McGowan, quien ha salido a la luz asegurando que Weinstein la violó.
El contrato, publicado en el sitio de la revista, tenía la firma de un abogado de Weinstein, David Boies, un seguidor del Partido Demócrata que abogó ante la Suprema Corte a favor de la igualdad matrimonial y ha asesorado legalmente al Times. La noche del lunes el periódico emitió un duro comunicado sobre la participación de Boies en la campaña por socavar su trabajo periodístico y a sus reporteros.
“Hoy tuvimos conocimiento de que el despacho Boies Schiller y Flexner se dedicó en secreto a poner alto a nuestra labor periodística sobre Harvey Weinstein al mismo tiempo que los abogados del despecho nos representaban en otros asuntos”, se leía en el comunicado. “Consideramos esto un comportamiento intolerable, una grave traición de confianza y un incumplimiento de los estándares profesionales básicos que se exigen a todos los abogados. Es intolerable y tomaremos las medidas pertinentes”.
Una de las agentes de Black Cube se hizo pasar como posible acusadora de Weinstein a efecto de conseguir dos reuniones con Ben Wallace, un reportero de una revista neoyorquina que trabajaba en un artículo sobre Weinstein que nunca se publicó. La agente también se puso en contacto con una de los reporteros de la nota del Times, Jodi Kantor, informó The New Yorker, en un intento que no fructificó.
Junto con otro reportero del New Yorker en el caso Weinstein, Ronan Farrow, Kantor fue investigada asimismo por una empresa más contratada por Weinstein, PSOPS. Dicha compañía también solía buscar datos perjudiciales en torno a las acusadoras, generando un largo reporte entre cuyos subencabezados estaba “Amantes previos”, informó The New Yorker.
La costumbre de Weinstein de recurrir a detectives con el propósito de desacreditar a acusadoras y reporteros comenzó desde hace más de 10 años, según The New Yorker.

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