Agencias
2017-10-22
Los Angeles– Kate Winslet no tiene pelos en la lengua.
"Siempre digo la verdad. Como se los inculco a mis hijos, es lo más fácil de recordar. También soy honesta conmigo misma. Soy yo. Así no hay lugar a equivocaciones", dice la actriz británica.
Esa declaración de principios acompaña su furia a la hora de hablar del inevitable tema que domina a Hollywood desde hace dos semanas: el escándalo en torno al productor Harvey Weinstein.
Ahí no tiene nada que confesar. Ella nunca se sintió víctima de abusos, pero lo que está sucediendo no la toma por sorpresa.
"Como hablaba el otro día con Emma Thompson, no vivimos esas situaciones, pero no nos sorprende dado el comportamiento horrendo y bully de Harvey", indica Kate, quien ganó su hasta ahora único Óscar a Mejor Actriz por una de sus producciones, ‘El Lector’ (2009).
Cuando recogió la estatuilla, no lo mencionó entre las 19 personas a las que agradeció. Ahora no hay quien la calle.
"Dios sabe que si me hubiera tocado, me habría quitado el zapato y se lo habría incrustado", dice llevada por la furia. "Pero ya he dicho bastante", se frena.
Prefiere hablar de otras cosas y disfrutar del momento que vive.
En la habitación, junto a ella, callado pero sonriente, está su tercer marido, Ned Rocknroll, con quien ha estado desde 2013. Las lágrimas se le escapan a la intérprete mientras se abanica exageradamente para contenerlas.
"El hombre que me ha encumbrado. La roca de nuestra tribu. Mi otra mitad. Nunca antes dije eso. Pero no puedo decir más sin derretirme", admite Kate, a la vez que intenta componerse.
La tribu que menciona es la que forma con sus tres hijos: Mia, de 16 años; Joe, de 13, y Bear, de 3, fruto de sus matrimonios con Jim Threapleton (1998-2001), Sam Mendes (2003-2011) y Rocknroll, respectivamente.
Junto a ellos no es la Kate Winslet siete veces nominada al Óscar y ganadora de cuatro Globos de Oro, sino la madre coraje que viaja con su prole desde los mundos imaginarios de las próximos entregas de ‘Avatar’ hasta la soleada Coney Island de Wonder Wheel.
"A las ocho estoy en casa para meter en la cama al pequeñín y dormir hasta las cinco de la mañana para volver al rodaje. Eso es lo que muchos desconocen de la no tan glamorosa vida de las estrellas", se ríe con ganas.
Es uno de los mitos que le gusta destruir, el pedestal de las estrellas. El otro que se quiere quitar se lo puso la industria.
"Se empeñan en que soy una actriz de método clásica. Y nada más lejos de la verdad. ¡Será el acento!", dice sonando intencional y exageradamente británica.
Kate habla de lo que considera "una comunidad" de actores, su otra tribu. Pero en ésta, el rey es Leonardo DiCaprio, su amigo desde que surcaron juntos la fama con ‘Titanic’.
Están siempre en contacto, intercambiando emoticones. De ahí los constantes rumores.
"Hay muchas cosas de Leo que nadie sabe y que no pienso contar. Sólo diré que es la persona más leal que existe. Oro puro. Un verdadero amigo", resume con sonrisa de felicidad.
Da igual el dramatismo en el que suelen vivir todos sus personajes. A su lado queda claro que Kate Winslet no es ninguno de ellos.
"Tampoco soy la mujer perfecta. Es cierto que cuando hago algo no dejo piedra por remover. Pero a eso le llamo pasión, no perfección", resume de su vida como actriz, madre y, sobre todo, mujer.