Cynthia Camacho
El Diario
La música es un lenguaje universal capaz de unir corazones y sentimientos; así lo dice Claudio Ordaz, el primer chihuahuense en plantar una bandera de México en el exclusivo mundo de la música clásica en Europa.
Ordaz, de 44 años, es el fundador y director artístico de la Camerata de Savonlinna en Finlandia, lo que lo convierte en el primer mexicano en fundar una orquesta en Europa, con el reconocimiento de especialistas locales, de la embajada de México y de la prensa especializada en ese lejano país.
Llegar a ese punto y lograr el reconocimiento en un medio tan complejo no fue fácil para Claudio, quien supo que la música lo llevaría muy lejos desde que era un niño de cinco años.
Su padre es el maestro Moisés Ordaz, fundador de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Chihuahua; la primera en el estado y en el Norte del país.
“Así que mi padre fue el pionero de la música clásica en el norte de México”, dijo el director, vía telefónica desde Finlandia.
La exposición a la música clásica desde su nacimiento y la vena artística hicieron su labor, por lo que a la edad de cinco años tomó sus primeras lecciones de violín, instrumento que se volvió su inseparable compañero de vida.
“Ahora pienso que ya sabía en aquel tiempo que iba a viajar con mi música de un país a otro cuando creciera, y así como que de alguna manera nos vamos programando. Yo sabía que me iba a dedicar a la música y empecé con el violín, que llenaba todo el espacio de mi interés en mi mente y mi corazón, era el instrumento que más me gustaba, estaba enamorado del violín, dormía con el violín a un lado de mi cama, terminando de jugar al futbol, o de practicar la natación, inmediatamente me ponía a practicar el violín”.
Con el corazón en la frontera
A los 15 años, empezó a tomar lecciones del instrumento en El Paso, Texas. Cada domingo, tomaba el camión procedente de la ciudad de Chihuahua a las 3:00 a.m. para asistir a clases semanales de violín en El Paso, y el mismo día regresaba a su casa en la capital del estado, ya que al día siguiente había qué estar puntual en los ensayos de la Orquesta Sinfónica de la UACH. La rutina de cruzar la frontera cada semana se repitió por cuatro años hasta que ingresó a la Universidad de Texas en El Paso a cursar la licenciatura en ejecución de violín.
“Viví en El Paso y en Juárez, tengo muchísimos amigos muy queridos en Ciudad Juárez, esas dos ciudades las llevo con mucho cariño, me siento como que soy de esas dos ciudades”, dice.
Al terminar la licenciatura, Ordaz sabía que su carrera no terminaba ahí, ni sus sueños de migrar, conocer y aprender de otros lugares.
“Me fui a República Checa al Conservatorio de Praga; ahí hice dos posgrados, uno de violín y otro de dirección de orquesta. Ahí en la República Checa me empecé a concentrar más en la dirección de orquesta aunque toqué con muchas orquestas, mucha música de cámara, la ciudad es una de las mas bellas de Europa con una vida artística y cultural muy vasta, lo cual me noqueó muchísimo”.
Profeta en otra tierra
El Conservatorio de Praga, donde Claudio Ordaz cursó sus posgrados, es una institución de amplia tradición por la que pasaron grandes compositores como Antonin Dvorak (1841-1904), quien impartió clases en la última etapa de su vida.
Cada que tenía oportunidad, visitaba las ciudades de Berlin y Viena para escaparse a los museos y empaparse de la cultura.
“Para sostenerme durante ese tiempo, yo trabajaba, tenía bastantes conciertos, daba clases, tocaba con orquestas, música de cámara, empecé a dirigir, había bastante trabajo, mucha vida bohemia, pero en fin, salimos adelante con mucho trabajo afortunadamente porque todas esas experiencia nos van formando profesionalmente, también tuve la suerte de conocer a grandes solistas y artistas”.
Cursó un doctorado en dirección orquestal en la Academia de Música y teatro de Estonia, bajo la dirección del maestro estonio Eri Klas. Su tesis de doctorado se enfocó en las prácticas de ejecución y las interpretaciones historicistas.
De 2010 a 2015, se desempeñó como asistente de Eri Klas en varias producciones operáticas, sinfónicas y en múltiples actividades pedagógicas.
Posteriormente, se estableció en Finlandia, donde fundó la Camerata de Savonlina, inicialmente con 12 músicos.
“No es fácil. Esta orquesta yo la fundé, empezamos esta orquesta nos convirtió en el primer mexicano en fundar una orquesta en Europa. No es nada sencillo porque se conoce muy poco sobre México en cuanto a la cuestión cultural, no somos un país que se conozca por la producción de música clásica o este tipo de cosas”.
Con tristeza, relata que las noticias sobre México que por lo regular le dan la vuelta al mundo, es lo que se conoce sobre el país y crea estereotipos negativos.
“Por eso, no es fácil convencer a los finlandeses de que un mexicano pueda estar al frente de una orquesta y tener una posición de liderazgo, pero bueno, nosotros nos enfocamos a lo nuestro, tenemos una línea desde hace muchos años, desde niño me quedaba claro que lo mío era la música y en eso es en lo que nos hemos enfocado”.
Conózcalo
*Claudio Ordaz
*Nació en Chihuahua, el 11 de junio de 1972
*Fundador y Director Artístico de la Camerata de Savonlina en Finlandia.
*En 2015, la orquesta fue premiada por la Fundación Cultural Finlandesa por innovación y excelencia artística.
*Es licenciado en ejecución de violín por parte de UTEP
*Tiene dos posgrados en Violín y Dirección de Orquesta por parte del Conservatorio de Praga.
*Tiene un doctorado en Dirección Orquestal por parte de la Academia de Música y teatro de Estonia.
*Ha dirigido recientemente presentaciones con importantes orquestas entre las que destacan la Sinfónica Nacional de Estonia, Sinfónica de Rumania, la Orquesta de Cámara de Tallin, Sinfónica de Rakvere, la Orquesta de la Opera de Tartu, y la Sinfónica de Parnu.
*En Finlandia ha dirigido orquestas principales como la Sinfónica de Kuopio, la Sinfónica de Joensu, la Orquesta de Cámara Mikkeli.
*Su interés en apoyar la música contemporánea lo ha llevado ha colaborar con el Ganador del Premio Grammy Arvo Pärt, y ha dirigido varios estrenos mundiales de los reconocidos compositores Herbert Lindholm, Jan Mikael Vainio y Ester Mägi.
Su recomendación a los estudiantes de música
“Den su mayor esfuerzo, si de verdad quieren ser músicos, se quieren dedicar a la música no deben desperdiciar su tiempo y deben casarse inmediatamente con la música, dedíquenle todo su tiempo, su mente, sus año porque son muchos años de estudio.
Vayan a alcanzar sus metas, una vez que hayan decidido que es la música lo que quieren, a estudiar muchísimo, a viajar, no hay ninguna excusa y vayan por ello. Una vez alcanzadas sus metas y cuando sean profesionales, no olviden jamás el porqué se querían dedicar a la música, esa pasión, esa necesidad que sentían por la música, jamás la olviden”.