Agencia Reforma
2016-08-27
Ciudad de México.- Los ingredientes principales de MasterChef son la honestidad y el prestigio de una producción que ha llegado a Australia, Estados Unidos, España e Italia, entre otros países, aseguró Anette Michel.
“Lo más importante es esta faceta de TV Azteca de enfrentar las cosas con completa verdad, además de que tenemos la concesión de una marca que se ha vendido a más de 150 países.
“Hay una persona de Alemania que está ahí y supervisa todo lo que se hace, cómo se cuenta cada historia, y supervisa los castings”, dijo la presentadora del reality.
En ese sentido, aseguró, los resultados de las primeras dos temporadas son legítimos, como sucederá en la tercera, que hoy debutará.
“Entendemos que cuando algo tiene mucho éxito siempre habrá gente que trate de ensuciarlo, porque eso les da foco. Con esto de las redes sociales lo hacen hasta ‘matando’ a gente del medio artístico.
“No le tiene que gustar a todo el mundo lo que hacemos, pero es 2 mil por ciento verdad que no hay mano negra, para nada”, dijo.
Al igual que en las emisiones anteriores, 18 participantes, seleccionados en varios castings, demostrarán sus habilidades culinarias y serán juzgados por los chefs Benito Molina, Betty Vázquez y Adrián Herrera.
Aunque todos los concursantes tienen conocimientos gastronómicos, en la vida diaria se dedican a otros oficios y profesiones, como medicina, curaduría de arte y hasta política.
“Es un programa para amateurs. No puede entrar ningún profesional porque, ahí sí, incurriríamos en un problema. Tampoco puede haber un familiar (de algún trabajador de la producción).
“Hay una serie de condiciones: que cocinen, obviamente, que puedan dejar su casa o trabajo durante dos meses, que es obligatorio, y que estén sanos”, explicó.
Benito, titular del restaurante Manzanilla (Ensenada); Betty, de El Delfín (Nayarit), y Adrián, de Fonda San Francisco, (Monterrey), son los únicos que pueden evaluar y decidir el futuro y permanencia de los participantes en el show.