Espectaculos

Las seducía con drogas y dinero

The New York Times

2015-07-19

Los Angeles– No negó haber seducido a una joven modelo al mostrar cierto interés en el cáncer de su padre. Les prometió a otras mujeres fungir como su mentor y darles consejo en sus carreras de actuación antes de obligarlas a participar en actos sexuales. E intentó hacer uso de su destreza financiera para evitar que su esposa se enterara de sus infidelidades.
Bill Cosby admitió haber hecho todo esto y muchas otras cosas más durante el transcurso de cuatro días de intensos interrogatorios hace 10 años en un hotel en Filadelfia, donde se defendió a sí mismo en un testimonio extrajudicial en ocasión a una demanda presentada por una mujer que lo acusó de haberla drogado y de haber abusado de ella.
Incluso cuando Cosby negó ser un depredador sexual que abusó de muchas mujeres, se presentó a sí mismo en dicho testimonio como un donjuán sin remordimientos, alguien que utilizó su fama, el engaño y poderosos sedantes en una calculada cacería de mujeres jóvenes —un perfil que entra en conflicto con la popular imagen de la que por muchos años disfrutó, la de una figura paternal y moralista público.
En el testimonio extrajudicial, el cual por años Cosby se las ha ingeniado para mantenerlo en privado pero que fue obtenido por The New York Times, el comediante se muestra alternamente molesto, sarcástico, en ocasiones encantador y hasta jactancioso, al describir sus encuentros sexuales a detalle.
Habla sobre una joven de 19 años aspirante a modelo que le envió un poema y que terminó con ella en el sofá, donde según Cosby, ella utilizó crema corporal para complacerlo sexualmente.
Habló con casual indiferencia sobre ponerle fin a una relación con otra modelo para poder ir en busca de otras mujeres. “Seguir adelante”, tal fue su frase para referirse a ello.
Sugirió que tenía la habilidad de captar las señales no verbales que las mujeres utilizan para dar su consentimiento.
“Creo que soy un decente lector de la gente, de sus emociones en estas cosas románticas y sexuales, como quieran ustedes llamarlas”, dijo.
Durante todo el testimonio, su tono fue casual e indiferente.
En cierto punto, en el primer día de los interrogatorios, Dolores M. Troiani, la abogada de la demandante en el caso, Andrea Constand, una mujer joven que trabajaba en la Universidad Temple, como gerente de basquetbol, se mostró sorprendida de la manera tan jocosa con que Cosby se expresaba.
“Pienso que está tomando la situación con demasiada ligereza”, según dijo la abogada, a lo que Cosby respondió: “quizás las cosas sean así.”
El interés en el testimonio de Cosby ha ido en aumento durante el transcurso de este mes cuando un juez federal rompió el sello de un memorándum de 62 páginas sobre el caso, el cual había concluido en un acuerdo legal en el 2006.
El memorándum contenía fragmentos del testimonio extrajudicial, incluyendo la parte donde Cosby admite haber obtenido un medicamento o sedante llamado metacualona para drogar a las mujeres con quienes tuvo relaciones sexuales.
Los bandos involucrados en el caso tienen prohibido dar a conocer el memorándum debido a una cláusula de confidencialidad que forma parte del acuerdo, pero el testimonio extrajudicial en sí nunca fue sellado. Este mes, la abogada de Constand pidió a la Corte que liberara a su cliente de la cláusula de confidencialidad para que ésta tuviera la libertad de dar a conocer la transcripción de mil páginas del testimonio. El Times posteriormente se enteró que dicha transcripción ya había sido dada a conocer al público por medio de un servicio que la Corte da a los medios.
Cosby nunca ha sido acusado de un delito y ha negado, en repetidas ocasiones, las acusaciones de abuso sexual que ahora enfrenta, las cuales son sostenidas por docenas de mujeres.
En tres de las demandas, las mujeres que acusan a Cosby de conducta sexual inapropiada buscan que se tomen acciones civiles en su contra. Adicionalmente, la Policía de Los Angeles ha dicho que se está revisando una denuncia de naturaleza sexual en contra de Cosby.

No quería que se enamoraran de él
Aunque Bill Cosby describió sus encuentros con muchas mujeres durante el curso de su testimonio extrajudicial por la demanda por violación presentada en su contra por Andrea Constand, es en las detalladas descripciones de su larga relación con la víctima, quien es mucho más joven, donde las actitudes del comediante, y propensiones hacia las mujeres se revelan con mayor claridad.
Cuando la vio por primera vez en la Universidad Temple, a principios de la década pasada, Cosby dijo que de inmediato sintió un interés romántico hacia ella (‘es de buen ver”), y comenzó una relación en la que, según cuenta, salían a cenar juntos, entre otras cosas.
Cuando se le preguntó cómo fue que la cortejó, Cosby, quien ha estado casado desde 1964, respondió: “invitándola a mi casa, hablando con ella sobre situaciones que tenían que ver con su vida personal, su crecimiento, educación”.
Cosby pintó la relación con Constand parecida a la de un mentor y su discípula, poniéndose él en el papel de un experimentado guía, ofreciéndole a ella el beneficio de sus contactos, fama y experiencia.
A veces, Cosby describe sentirse frustrado luego que Constand no siguió sus consejos, tales como cuando él quería que se animara a perseguir sus sueños de convertirse en corresponsal de deportes en una ocasión que ella no le habló a una persona que él le había recomendado. “He aquí un mentor, Bill Cosby, quien está en el negocio de la televisión, Bill Cosby, quien resulta saber algo sobre lo que se puede hacer y Andrea simplemente no le hace caso”, dijo.
Constand al final acudió a la Policía para denunciar a Cosby por su comportamiento, pero en la versión de él, sus métodos de seducción eran la persistencia y la paciencia.
Al comienzo de su cortejo, organizó una cena íntima para estar solo con ella en su casa de Pennsylvania, con todo y coñac, a media luz y una chimenea encendida, dijo. En cierto punto, la llevó al porche trasero de la casa, fuera de la vista de su chef. “La tomé del cabello y la jale hacia atrás y tengo su cara así frente a mí”, dijo. “Y estoy hablando con ella…Y le hablo y le digo que se tiene que relajar, ser fuerte. Y le dijo, acércate, es decir, que acercara su cuerpo”.
Pero aquello no llegó a más, señaló, y no intentó besarla porque no sentía que ella quisiera que la besara. Aun así en la próxima cena que tuvieron juntos Cosby dijo que habían tenido lo que él describió como un “momento sexual”, donde al parecer llegaron al coito. Él describió que después de la experiencia ella se veía “feliz”.
Exponiendo su filosofía sobre el sexo, Cosby dijo que tendía a evitar tener relaciones porque no quería que las mujeres se enamoraran de él. Para él, dijo, el acto sexual “es algo que a mi parecer la mujer sucumbe a ello cual si fuera un romance y más como un sentimiento, no es amor, pero es algo más profundo que una dolorosa situación”. En cuanto a qué tan lejos él y Constand llegaron, según Cosby sólo estaban “jugando a tener relaciones sexuales, estábamos jugando, nos tocamos, y sólo jugábamos”.
¿Acaso él estaba enamorado de ella? “No”.

Preocupado por el qué dirán

No obstante lo anterior la relación duró por varios años, hasta que una noche en su casa de Pennsylvania, Constand dijo que Cosby la había drogado y luego abusó de ella.
Cosby dijo que le había dado la mitad de una tableta de benadryl para que se relajara, se besaron y tuvieron relaciones sexuales. La abogada de Constand dijo que su cliente creía que Cosby le había dado un medicamento más potente.
Tiempo después, luego que Constand se mudara a su hogar en Canadá, Cosby habló con la madre de Constand por teléfono. La madre, dijo, estaba molesta por lo que su hija le había contado de lo que Cosby había hecho, describiendo la experiencia como “una pesadilla”.
En el testimonio extrajudicial, Cosby dijo que él estaba preocupado de que la madre de Constand pensara que él era un viejo pervertido”.
Durante la conversación por teléfono, según Cosby les dijo a los abogados en el testimonio, él quería que Constand le dijera a su madre “sobre el orgasmo” para que ella se diera cuenta que la relación había sido consensuada.
“Dile a tu madre sobre el orgasmo. Dile sobre lo que hablamos”, según Cosby recuerda haberlo pensado.
Posteriormente, preocupado de que Constand y su madre pudieran intentar avergonzarlo, Cosby dijo que se ofreció a ayudar a pagar la educación a futuro de Constand. Años antes, Cosby le había ofrecido un incentivo monetario a otra mujer, Therese Serignese, a quien había conocido en el Hilton de Las Vegas en 1976, a manera de un bono por sus buenas calificaciones.

A espaldas de su esposa

Es difícil decir hasta qué grado la esposa de Cosby, Camille, estaba al tanto de las aventuras extramaritales de su esposo, aunque ciertamente se enteró de ello en 1997, cuando Cosby admitió haber tenido un amorío. La señora Cosby sugirió que en ese entonces tenían problemas en su matrimonio, pero que habían logrado resolverlos.
Aun así, en el testimonio, Cosby, de 78 años, describió haber hecho grandes peripecias para ocultar su comportamiento, bloqueando la publicación de un artículo en una revista para evitar que se hiciera publicidad al respecto y de hacerle llegar dinero a una mujer por medio de su agente para que la señora Cosby no se enterara.
En el caso de Constand, quien nunca le pidió dinero a Cosby, éste dijo que se imaginaba que su mujer se pudo haber enterado de que él le estaba ayudando a Constand con su educación, pero dijo, “Mi esposa no se enteraba de que era porque Andrea y yo habíamos tenido relaciones sexuales y que Andrea ahora estaba muy molesta y que había decidido ir a la universidad”.
Aunque Cosby insistió que el único medicamento que le dio a Constand había sido menadryl, se mostró al mismo tiempo muy abierto de haber tenido acceso en la década de los setentas a la metacualona, un sedante que también fue muy popular como droga que se utilizaba en las fiestas.
Cosby dijo haber obtenido unas siete recetas para comprar dicho medicamento por el transcurso de dos o tres años de parte de un doctor en Los Angeles, supuestamente para tratar su dolor de la espalda pero que en realidad lo utilizaba para dárselo a las mujeres.
Admitió haberles dado a metacualona a varias mujeres en aquel tiempo “como si le ofrecieras a alguien una bebida”, dijo, pero sin que ellas lo supieran.
Aunque describió que el consumo de drogas y las relaciones sexuales habían sido consensuadas, Cosby —cuando se le preguntó si Serignese estuvo dispuesta a tener relaciones consensuadas después de haberle él dado metacualona en 1976— respondió: “No lo sé”.
Joseph Camarata, un abogado en representación de Serignese y de otras dos mujeres que están demandando a Cosby por difamación, dijo que el testimonio extrajudicial era “información muy importante debido a que saca a la luz las prácticas privadas de un hombre que se presenta a sí mismo como un moralista público”.
Durante los interrogatorios, Cosby se representó a sí mismo como una persona sensible y atenta que le había ofrecido su apoyo a Constand, aunque su tono cambió cuando se refirió a ella en tiempo presente.
Cuando la abogada de Constand le preguntó a Cosby cómo se sentía de ella hubiera llorado durante su propio testimonio, Cosby fue impecable: “Creo que Andrea es una mentirosa y sé que es una mentirosa porque yo estuve ahí. Yo estuve ahí”.
Y pudo mostrarse distante al recordar relaciones previas. Con una mujer llamada Beth Ferrier, una modelo que conoció en los ochentas, recordó haberle preguntado sobre su carrera y su padre, que había muerto de cáncer.
“¿Le hizo esas preguntas porque quería tener un contacto sexual con ella?”, preguntó Troiani.  “Sí”, respondió Cosby.
Aun así, aseguró que se autopercibía como una buena persona, digna de confianza, y caballeroso en su deseo de nunca contarle a los demás sobre las mujeres con las que se había acostado.
“Soy un hombre, la única manera de enterarse de con quién tuve sexo sería con la persona con quien lo sostuve”, añadió.

Vida de lujos

En algunos pasajes, Cosby ofreció el atisbo de una vida protegida entre beneficios y fortuna. Se reveló parte de su idiosincrasia, como su afición por las pantaloneras (tenía al menos 100, aseguró), cómo es que empleó el nombre de Seymour Rapaport como un alias entre los setentas y ochentas cuando viajaba, y cuántas veces hizo firmar a empleados acuerdos de confidencialidad.
En su testimonio, Cosby describió relaciones sexuales –en ocasiones referidas como “rendezvous” con al menos cinco mujeres, y tener interés “romántico” con dos más, en lugares como Denver, Las Vegas, Nueva York y Pennsylvania, en hoteles o en uno de sus hogares.
En el caso de la corte, 13 mujeres dieron un paso al frente con una declaración jurada anónima para apoyar a Constand, señalando que también ellas, habían sido molestadas de algún modo por Cosby. Pero nunca tuvieron oportunidad de dar seguimiento a su testimonio en Corte porque, seis meses después del cuarto y último día de testimonios, Cosby llegó a un acuerdo con Constand en términos que no se dieron a conocer. Su testimonio fue archivado, como lo asienta un documento tras un arreglo, hasta ahora.
 

 

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