Espectaculos

Le conviene aguantarlo

Eugenio Guzmán
Agencia Reforma

2015-06-27

Distrito Federal— Jennifer Garner y Ben Affleck cumplen mañana 10 años de casados... pero no se sabe si lo van a festejar o a padecer.

La pareja, que por años fue considerada modelo de solidez en Hollywood, atraviesa por una nube de especulaciones por su posible separación.
Las adicciones de Ben al juego y a la bebida, sumado a la indiferencia que muestra para pasar tiempo con su familia y versiones de infidelidades parecen ser las principales razones de la ruptura.
“Ella ha sido muy paciente, pero ha llegado el día en que está pensando más en ella misma y en sus hijos”, señaló a US Weekly una fuente cercana al matrimonio.
Abogados de Los Angeles señalan que la paciencia de Jennifer puede tener una millonaria razón, ya que en California si un matrimonio dura más de 10 años la pensión conyugal se puede extender de manera indefinida, generalmente hasta que los hijos alcanzan la mayoría de edad.
En cambio, si un matrimonio permanece unido menos de una década, la pensión se extiende cinco años como máximo.
Ben ocupa actualmente el lugar 64 entre las 100 celebridades más poderosas. Tan sólo el año pasado generó 35 millones de dólares y Forbes reporta que su fortuna total asciende a los 75 millones.
Viéndolo fríamente, a Jennifer le ha convenido aguantar a su marido apostador, pues podría pelear hasta la mitad del patrimonio que él ha acumulado tras 10 años de relación.
No hay que olvidar que Nicole Kidman vivió un caso similar. Unos días antes de cumplir 10 años de matrimonio con Tom Cruise, el actor presentó la demanda de divorcio, evitando así darle pensión indefinida a la australiana.

BRONCAS DE SIEMPRE
Amigos de los actores afirmaron a US Weekly que sus discusiones son las mismas de cuando eran novios: ella no soporta las juergas de él y su ausencia de casa, porque, además, es adicto al trabajo.
A los tabloides se les hace agua la boca esperando que uno de los dos anuncie el truene, mientras ellos son retratados en familia, aunque su lenguaje corporal revela el distanciamiento que hay entre los dos.
"Lo están intentando por sus hijos, pero las cosas entre ellos no son miel sobre hojuelas", comentó a la revista una persona allegada.
"Se hablan muy poco, pueden ser pasivos-agresivos y despectivos, de lo único que hablan es de las agendas de sus hijos y de las de ellos".
La semana pasada, camiones de mudanza fueron vistos afuera de su mansión en Pacific Palisades, en Los Ángeles, valorada en 17.5 millones de dólares, y de inmediato corrió la versión de que Ben se iba de casa.
Se dice que él se hospeda por cortas temporadas en hoteles para poder beber a gusto e ir a los casinos y que no soporta la personalidad dominante de su esposa.
El año pasado le vetaron la entrada al Hard Rock Hotel & Casino de Las Vegas porque lo sorprendieron contando cartas en el blackjack.
En el 2001, el también ganador del Óscar entró a una clínica de rehabilitación por su problema con el alcohol, pero esa batalla no ha sido ganada.

SE 'PIERDE' EN EL TRABAJO
En los últimos 18 meses Ben ha estado muy ocupado filmando, situación que lo aleja más de casa y de su esposa.
Primero estuvo cinco semanas en el set de Perdida (2014), luego pasó siete meses trabajando en Batman VS Superman: Dawn of Justice (2016) y en enero de este año se involucró tres meses más en la filmación de The Accountant (2016).
Aunque Jennifer celebró en una entrevista la carga de trabajo y éxitos de su marido, también dejó entrever que mientras él se dedica a escalar en su carrera a ella le ha tocado quedarse en casa como ama de casa.
"El ha estado súper ocupado" dijo la actriz en marzo a US Weekly, "estoy súper contenta por él, pero yo he elegido quedarme en casa y limitarme a decirle: 'Ve por ello, bebé, ¡hazlo todo!'".
La pareja ha pasado varios años en terapia, tanto juntos como por separado, en un intento por rescatar el matrimonio en el que han tenido tres hijos: Violet, Seraphina y Samuel de 9, 6 y 3 años respectivamente.

ÉL EN LA CIMA; ELLA EQUIS
Durante la década que ha durado su matrimonio, Ben y Jennifer han trabajado cada uno en 16 películas, pero mientras él se ha consolidado como director y su carrera de actor ha alcanzado su mejor momento, ella no ha destacado.
El originario de Boston, de 42 años, dirigió y actuó en Argo (2012) que ganó el Óscar a Mejor Película, además del Globo de Oro y el BAFTA.
También brilló haciendo al pasivo y desesperante esposo de una sicópata en la aclamada cinta Perdida del director David Fincher. Por si fuera poco, le ofrecieron el papel del hombre murciélago en la esperada cinta Batman VS Superman: Dawn of Justice.
Su primer Óscar lo recibió en la ceremonia de 1998 como coautor del Mejor Guión Original de Mente Indomable (1997) junto a su amigo y colega Matt Damon.
Jennifer, de 43 años, también ha estado trabajando todos estos años, pero sus proyectos no han alcanzado la misma notoriedad que la de su marido.
Sus películas mejor recibidas han sido Juno (2007) y El Club de los Desahuciados (2013), pero en ambas hizo papeles secundarios.

AÑOS MARAVILLOSOS
Se hicieron amigos en el rodaje de Pearl Harbor: Entre el Fuego y la Pasión en el año 2000, pero los coqueteos no tomaron forma hasta tres años después cuando el set los volvió a unir en Daredevil (2003).
En aquel tiempo, Ben estaba involucrado en una súper mediática relación con J. Lo y Jennifer aún era la esposa de Scott Foley.
En el 2004, luego de haber trabajado juntos por tercera ocasión en Elektra (2005) formalizaron su relación al asistir a un partido de los Medias Rojas de Boston.
Se casaron el 29 de junio del 2005 en un evento ultra privado a la que sólo asistió el actor Victor Garber, quien ofició la ceremonia.

COMPAÑERA INCÓMODA
La modelo Emily Ratajkowski entró a la película Perdida por sugerencia de Ben Affleck con quien hace una escena bastante candente.
Aunque surgió la intriga de que el actor se había "distraído" de más con su compañera de trabajo y que esto le había causado problemas en su matrimonio, el rumor jamás llegó a comprobarse como cierto.

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