Agencias
2015-05-03
Milán— No hay mejor manera de festejar el cumpleaños de una de las diseñadoras más famosas del mundo, que con un paseo entre las décadas y descubrir cuánto ha cambiado con el paso del tiempo.
Para nadie es secreto que Donatella Versace se ha hecho tantas cirugías como le ha sido posible, e incluso es ella quien no ha temido en aceptar que, definitivamente, lo que se puede ver no es obra de la naturaleza.
En los 90 no era la Donatella que se conoce actualmente. Junto a su hermano Gianni Versace, quien murió asesinado en la entrada de su mansión en 1997, construyó una de las casas de moda más icónicas de todos los tiempos. Sin embargo, de ese entonces lo único que mantiene en la actualidad es su tono de piel y pelo.
A principios del 2000, ya al frente de la empresa, se empezó a ver una Donatella un poco distinta. Labios y mejillas más rellenas se notaban como primeros indicios de que algo estaba cambiando en su rostro.
Cinco años después y sumergida en el escándalo de la anorexia de su hija Allegra, la diseñadora dio un cambio radical y muy parecido a lo que se ve ahora en la prensa. Labios por demás hinchados, mejillas levantadas y cejas notablemente más arqueadas aparecieron en el rostro de Donatella.
En 2010 se conservó prácticamente igual, sólo haciéndose notar la aparición de más arrugas y el aspecto de una piel deshidratada, tal vez por las horas de exposición al sol para lograr un bronceado perfecto.
Y ahora que en 2015 se convierte en la nueva imagen de Givenchy, Donatella aparece con una figura cada vez más delgada y el rostro cada vez más inmóvil. Y de hecho, la diseñadora ha expresado con anterioridad que de tratamientos quirúrgicos lo único que ha probado es el bótox.