Espectaculos

Lo lleva a las alturas

Fernando Aguilar / El Diario

2015-03-27

El día en que Adán Luna entró en el estudio para grabar su primer disco no era ningún novato: a sus 21 años ya había cantado en Tijuana, Ensenada y Ciudad Juárez. En la frontera bajacaliforniana había podido conocer a José Alfredo Jiménez, mientras que aquí el bar Noa Noa le había reservado finalmente una fecha para que debutara ahí, con la canción de ‘Adoro’ y el acompañamiento de ‘Los Prisioneros del Ritmo’.
El muchacho dejó de llamarse Adán ese miércoles 4 de agosto de 1971 en que grababa ‘No Tengo Dinero’, uno de sus primeros éxitos internacionales. Aunque sus padres lo bautizaron como Alberto, el cantante nunca se dio a conocer así, de modo que no tuvo problema en adoptar el nombre de su profesor más querido y  el de su padre para que México empezara a conocerlo como Juan Gabriel.
Cuarenta y cuatro años después de eso, Juan Gabriel ya ha puesto en alto el nombre de esta ciudad al haber logrado todo eso, opina el artista visual Arturo Damasco. Para agradecerle al ‘divo’, Damasco pintó un mural justo en la Avenida Juárez, donde aquél solía caminar con su guitarra en mano.
Para el artista egresado de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), lo “más grande” que el intérprete ha hecho por la ciudad es “ponerla en lo alto, en todos lados”. Con esa idea en mente él buscaba hacer lo mismo que el cantante, pero literalmente: llevar a Juan Gabriel a las alturas, pintando su rostro en la fachada izquierda del antiguo Hotel Morán.
De ese modo, día tras día desde el 23 de febrero hasta ayer, el pintor coloreó los 400 metros cuadrados de su lienzo de concreto, apoyado por el brazo de una grúa que lo suspendía en el aire. En lugar de reticular la superficie o proyectar la imagen del intérprete sobre la pared, Damasco trabajaba guiándose por “las imperfecciones” del edificio, “para no perder la noción de toda la pared”. Hacerlo así fue todo un reto, afirma.
“Pero a la vez ahorra mucho tiempo. No me gusta reticular porque es como el doble de tiempo. Implica medir la pared y estar trazando. Hacerlo así son días perdidos, y cuando utilizas una grúa significa mucho dinero de por medio”, dice.
Con cinco colores básicos, cientos de combinaciones entre ellos y más de cien litros de pintura vinílica, el artista ilustró cada día el rostro de Juan Gabriel como lucía cuando, en sus inicios, el cantante caminaba por la Juárez: el de un muchacho de tez morena clara y piel tersa que tenía el cabello quebrado, y oscuro como sus ojos y sus cejas.
Así aparece también en la carátula de su álbum-debut, ‘El Alma Joven’ que, opina Damasco, “es una imagen muy representativa para esta avenida”.
Los dos artistas escogieron la foto, explica el pintor, de entre otras tres que eran bastante similares entre sí. Los juarenses acordaron usar la del primer disco porque, para Damasco, era la que mejor se acomodaba a las proporciones del muro.
Si hubieran elegido otra, Arturo hubiera pintado con el mismo empeño desde las 9:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde –hora en que todos los días se iban los operadores de la grúa– porque, cuenta, él tenía ganas de homenajear al ‘divo’, aunque nunca pensó que lo haría a esa escala. Tampoco pensó que la presión fuera tan grande, como el remedio que encontró a ella.
“Traté de enfocarme en el mural, porque a fin de cuentas si me ponía a pensar en todo lo demás no hubiera pintado. Trataba de poner atención (en otras cosas) lo menos posible”, explica, “(aunque ello) no quiere decir que no me importara, al contrario, me interesa mucho la opinión de la gente, la opinión de Juan Gabriel”.
Lo que pueda pensar el cantautor sobre el mural terminado sí preocupa a Damasco, aunque lo tranquiliza saber que a ‘Juanga’ le gustaron las primeras fotografías de la ilustración que le mandaba por correo electrónico.
Sólo falta escuchar la opinión del protagonista esta tarde para que Damasco pueda estar completamente tranquilo de que su trabajo valió la pena.
Mientras tanto, hace días, Arturo decía: “De pronto me despierto soñando que estoy arriba de la grúa, o algo así. Se me queda la sensación porque es muy pesado estar ahí arriba”.

Sobre Arturo Damasco:

• Nació el 9 de junio de 1984
• Edad: 30 años
• Egresó de la licenciatura en Artes Visuales de la UACJ en 2007
• Ha montado diez exposiciones individuales aquí, en El Paso, en Parral, en Monterrey y en Phoenix
• Colaboró en Colorwalk, una iniciativa para pintar muros de la ciudad, el año pasado
Académicos de UTEP consideran que la obra de Damasco está influida por el surrealismo y se mantiene muy apegada a la situación fronteriza.
 

X