Espectaculos

Ya duerme tras las rejas

Associated Press

2014-11-21

Madrid– La cantante española Isabel Pantoja ingresó ayer en la cárcel para cumplir la condena de dos años por 'lavado de dinero' luego de que los tribunales rechazasen varios recursos de apelación presentados por sus abogados.
Pantoja, de 58 años, la última gran voz de la copla y diva del folclore popular español, entró en la prisión sevillana de Alcalá de Guadaíra, en el sur del país, ayer por la mañana.
La cantante, quien tras ser juzgada en 2012 recibió también una multa de 1.14 millones de euros (1.4 millones de dólares), fue declarada culpable de 'lavar' más de 2 millones de dólares del Ayuntamiento de Marbella entre 2002 y 2003. El alcalde, Julián Muñoz, era entonces su pareja sentimental.
Pantoja es un personaje habitual de la prensa y los programas del corazón española. Estuvo casada con el famoso torero Francisco ‘Paquirri’ Rivera, que falleció toreando en 1984.
Muñoz, que fue condenado a siete años por el mismo caso, lideraba una trama que proporcionaba permisos urbanísticos a cambio de sobornos.

Su ‘nueva vida’
La cárcel de Alcalá de Guadaíra se encuentra a una hora y media en coche de Cantora, residencia en la que permaneció recluida Isabel Pantoja hasta su ingreso en prisión a primera hora de ayer.
El centro penitenciario es uno de los menos conflictivos de todo el territorio español. Inaugurado en 1991, dispone de tres módulos interiores, un módulo de adultos mayores y un módulo de madres donde las mujeres con hijos gozan de un lugar en el que se han eliminado todos aquellos elementos que recuerdan a un cárcel convencional.
Desde ayer, Pantoja ha pasado a engrosar la lista de más de 150 reclusas que actualmente se encuentran cumpliendo condena y que se reparten en un total de 83 celdas. Allí son vigiladas por casi un centenar de funcionarias y de personal especializado con el que la cantante tendrá que tratar durante los próximos meses.
Además, el centro dispone de enfermería, lavandería, cocina, tienda, mantenimiento, peluquería y de un módulo donde se desarrollan los talleres a los que podrá optar la Pantoja si así lo desea y lo aprueba la dirección de la cárcel.
Sólo algunas privilegiadas disfrutan de celdas individuales. Es más que previsible que Isabel comparta celda -al menos las primeras semanas hasta que sea clasificada- con alguna presa de confianza que la ayudará a adaptarse a la vida carcelaria. De esa adaptación dependerá que Pantoja acceda primero a ciertos beneficios penitenciarios.

En la celda
A Isabel Pantoja se le aplicará el procedimiento habitual en cualquier ingreso voluntario que pasa por la identificación, cacheo y registro de su entrada. A partir de ese momento, se le abrirá un expediente en el que se incluirán sus huellas y varias fotografías. Inmediatamente se le explicarán los horarios y se le proporcionará el paquete básico con el que se dota a cualquier preso que ingresa en prisión: rollos de papel higiénico, pasta de dientes, cubiertos de plástico y un juego de sábanas o toallas.
A partir de su ingreso todo lo que ella necesite más allá de lo que le permitan meter dentro de prisión, deberá comprarlo en la tienda haciendo uso de su crédito semanal que no superará los 50 dólares. Una cantidad que usará para comprar café, comida, pan, tabaco, una televisión o las tarjetas telefónicas gracias a las cuales podrá hablar, dentro de los horarios establecidos, con el exterior.
Isabel Pantoja tendrá derecho a realizar hasta un máximo de 10 llamadas a la semana de 5 minutos de duración cada una. Las llamadas se harán únicamente a aquellos números que la reclusa haya proporcionado y que hayan sido autorizados por la dirección del centro.
En los próximos días la cantante recibirá el NIS (Número de Identificación Sistemática), una tarjeta que portará y enseñará para realizar cualquier gestión durante su estancia en la cárcel. Pantoja deberá integrarse rápido en el día a día de prisión si quiere comenzar a recibir pronto las visitas familiares, para lo que tiene que presentar una lista con los datos y la relación familiar que le une a esas personas que desea que la visiten en la cárcel.
Una vez admitidas por la dirección del centro, Pantoja puede hacer uso de las comunicaciones familiares dos veces por semana a través de un locutorio o de una comunicación familiar durante el fin de semana con una duración de 40 minutos. Esta última es la opción preferida por las reclusas, ya que se permite el contacto directo con el familiar.

Expectación de las reclusas
La entrada en prisión de Isabel Pantoja no sólo ha creado una gran expectación fuera de los muros de la cárcel, también dentro las presas llevaban varios días siguiendo cada una de las informaciones que anunciaban el ingreso inminente de la artista.

 

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