Cynthia Camacho
El Diario
Es un sábado cualquiera en el Pancho’s, un lugar al suroriente de la ciudad sobre la avenida Santiago Troncoso.
La música de los 80 y 90 mezclada con cumbias anima a los parroquianos, hasta que alrededor de las 11:45 de la noche, un intro con canciones de Juan Gabriel los hace abandonar sus respectivas pláticas, y dirigir su atención hacia una tarima improvisada al fondo del lugar.
De un salto, Sergio Sergio, anunciado en el exterior como ‘La Voz Gemela de Juan Gabriel’ sube al escenario enfundado en un traje color blanco con brillos, y acompañado de una pista, entona la letra del famoso tema ‘No Tengo Dinero’.
Tal y como lo anuncia la manta al exterior del lugar, la voz del imitador suena como la de Juan Gabriel, y en un lapso de dos horas, mantiene cautiva la atención de los clientes, interactúa con ellos y se transforma en el ‘Divo de Juárez’.
Algunos cantan a voz en cuello, le aplauden y gritan emocionados con el repertorio que abarca los primeros éxitos del compositor hasta temas que ha hecho famosos en voz de otros grupos y cantantes.
“Si te vas a dedicar a esto, hazlo con respeto”, recuerda Sergio que un día le aconsejó su mamá, y así lo ha hecho desde entonces.
Fuera de los reflectores, el imitador juarense se convierte de nuevo en Sergio Zárate y platica que desde los 10 años, por influencia de su mamá escuchaba las canciones de Juan Gabriel.
“Mi madre siempre estaba cantando, cuando hacía los quehaceres de la casa y yo creo que de ahí desarrollé el gusto por cantar”.
En su adolescencia y por la admiración que le profesaba al autor de ‘Querida’, empezó a comprar sus discos y después a imitar su voz.
“En una reunión con un amigo que era modelo empecé a cantar, y en un desfile de modas como en 1986 fue la primera vez que lo imitaba en público, debuté precisamente con la canción ‘No Tengo Dinero”.
De ahí le empezaron a surgir contratos para cantar en fiestas, a tal grado que se vio en la necesidad de renunciar a su empleo como vendedor en Grandalia (donde hoy se ubica Fábricas de Francia) para dedicarse a interpretar al cantautor.
“Nunca pensé en vivir de la música. A mí me gustaba mucho la locución, tenía ganas de ser locutor, pero dejé los estudios y gracias a Dios, me ha ido bien en la música. Tengo 18 años que literalmente vivo de la música y no paro de trabajar”.
Sergio ha cantado en lugares que otrora fueron emblemáticos de la ciudad como el Noa Noa, Electri Q, Cosmos Discoteque, Sarawak, M&M’s y Señor Sol.
Actualmente canta de fijo en el Afro Bar y en el Pancho’s desde hace seis años, además de eventos privados.
“Tiene una magia tan grande, y cuando lo interpreto no me trato de parecer a él, pero sí adopto sus ademanes y algunos de sus gestos con todo respeto. Desde el momento en el que agarro el micrófono me siento Juan Gabriel aunque no lo sea”, dice acerca de su forma de representarlo.
Zárate ha cantado en otros estados de la República y ha recibido invitaciones de bares que intentan contratarlo hasta por seis meses, pero Sergio se niega a abandonar la ciudad que dice, le ha dado tanto y donde se siente plenamente identificado.