Cinthya Ávila
El Diario
Durante tres años Gilberto Parra, propietario de un café-restaurante, aguantó sin hacer cambios en los precios de lista de sus productos, pero este año, dijo, la situación fue insostenible.
El encarecimiento de los insumos para la preparación de alimentos y bebidas lo llevó a principios de este 2018 a modificar los costos de sus menús.
El comerciante mencionó que incluso con los aumentos, el negocio ha sacrificado un poco de su utilidad.
Comentó que en donde más se recienten los encarecimientos es en las verduras y los cárnicos, alimentos en su mayoría importados, que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registran aumentos de más del 30 por ciento.
El empresario refirió que en 20 años de operación, el actual contexto que enfrenta es cuando más se le ha dificultado mantener su negocio.
La situación es similar para otros establecimientos. En los últimos cuatro años el rubro de bares y restaurantes acumula una inflación de 17.52 por ciento, muestran datos del Inegi.
La actualización de la tasa quincenal muestra que de la primera quincena de agosto de 2017 a la primera quincena de agosto de 2018 la tasa anual acumulada es de 5.09 por ciento.
Martín García Luna, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), señaló que en los últimos años los aumentos en los costos de sus insumos, las rentas y otros costos ligados a su producción han impactado al sector.
García Luna refirió que algunos restauranteros durante varios meses aguantaron sin hacer ningún aumento, pero ante las constantes alzas en su operación lo anterior se vuelve cada vez más difícil.