The New York Times
2018-08-03
Pekín— El viernes China amenazó con imponer aranceles a importaciones procedentes de Estados Unidos por 60 mil millones de dólares si la administración Trump establece nuevos gravámenes a los productos chinos.
La nueva amenaza se da dos días después de que el presidente Trump ordenó a su gobierno contemplar aumentar del 10 al 25 por ciento la tasa de los aranceles sobre bienes chinos por 200 mil millones de dólares anuales que ya había propuesto.
Desde hace meses ambos países libran una disputa comercial al alza. El mes pasado cada uno impuso aranceles similares a 34 mil millones de dólares de productos del otro país, desde acero y aluminio hasta lavadoras, e incluso frutos secos durante rondas previas de aranceles anunciadas el presente año.
De implementarse, los aranceles chinos más recientes alcanzarían hasta el 25 por ciento, abarcando 5 mil 207 categorías arancelarias, informó en su sitio de internet el ministerio de comercio del país.
“Debido a que Estados Unidos ha estado intensificado repetidamente la tensión, ignorando los intereses de empresas y consumidores de ambos bandos, China tiene que tomar las contramedidas necesarias a fin de defender la dignidad del país y los intereses del pueblo chino, defender el libre comercio y el sistema multilateral y defender los intereses comunes de todos los países del mundo”, señaló en comunicado el ministerio.
En ciertos sentidos, Pekín se encuentra limitado en la magnitud de sus represalias. Debido a que China vende anualmente a Estados Unidos casi cuatro veces más bienes de los que adquiere, Pekín no puede amenazar con aranceles al mismo valor de artículos que Estados Unidos. Sencillamente China no le compra tanto a Estados Unidos.
Pero en las últimas semanas los funcionarios chinos han dejado entrever que si Estados Unidos sigue adelante con aranceles sobre un rango amplio de productos chinos, entonces Pekín podría tomar represalias contra las operaciones de propiedad china de grandes empresas estadounidenses. Desde Apple hasta General Motors, una larga lista de compañías estadounidenses han trasladado extensas operaciones a China y podrían verse vulnerables.
La amenaza comercial de China se dio al final de una jornada en la cual Pekín también permitió que su moneda se deslizara aun más respecto al dólar en los mercados de cambio. El renminbi más débil vuelve a las exportaciones chinas más competitivas en los mercados extranjeros, haciendo más caros en China los productos importados.
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