El Diario de Juárez
2018-08-01
Washington— El presidente Trump está considerando un plan destinado a imponer aranceles del 25 por ciento sobre importaciones chinas por 200 mil millones de dólares, más del doble de lo que había propuesto inicialmente, informó una persona con conocimiento al respecto, publicó el Washington Post.
Las deliberaciones podrían ser indicio de que Trump desee intensificar la presión en la confrontación comercial con Pekín aun de existir la posibilidad de que se eleven considerablemente los costos de una extensa variedad de productos destinados a los consumidores estadounidenses.
Aún no se toma la decisión definitiva, mientras que varias de las amenazas lanzadas por Trump a China están más pensadas en traer al presidente chino Xi Jinping a la mesa de negociaciones que en modificar de manera fundamental la política económica de Estados Unidos, dijo la persona, quien insistió en no ser identificada al hablar sobre las deliberaciones en la Casa Blanca.
De seguir adelante Trump con el plan, podrían elevarse considerablemente los precios de televisores, ropa, blancos, aires acondicionados y otros productos para el consumidor.
En junio, Trump giró instrucciones al representante comercial de Estados Unidos Robert E. Lighthizer para imponer un arancel del 10 por ciento a 200 mil millones de dólares de importaciones chinas, o alrededor del 40 por ciento de los productos que China envía al año al país.
Por el momento el martes se desconocía la razón de que Trump desee elevar al 25 por ciento los aranceles impuestos, pero funcionarios de la Casa Blanca señalaron que las pláticas comerciales con China se encuentran básicamente estancadas.
Trump se ha quejado en repetidas ocasiones en torno a la brecha entre la cantidad de bienes que las empresas estadounidenses compran a China y la cantidad de bienes que exportan a dicho país. Considera que la diferencia, superior a los 300 mil millones de dólares, refleja injustas trabas económicas por parte de Beijing.
Aún debe tener lugar un prolongado proceso antes de entrar en vigor cualquier tipo de arancel propuesto, si es que la Casa Blanca decide seguir adelante. Primero el Departamento de Comercio debe solicitar retroalimentación pública y luego volver a deliberar si se procede. Lo anterior podría brindar a Trump amplio tiempo para reducir la magnitud de cualquier sanción a las importaciones o para dar marcha atrás en la idea.