El Diario de Juárez
2018-05-29
La administración de Donald Trump anunció que seguirá adelante con sus planes de imponer el mes próximo a China una serie de medidas comerciales punitivas, intensificando la presión sobre Pekín conforme siguen las negociaciones comerciales con dicho país, informó The New York Times.
La Casa Blanca informó en comunicado que Estados Unidos continuará con su plan de imponer aranceles del 25 por ciento a 50 mil millones de dólares de bienes chinos importados, a pesar de los recientes comentarios del secretario del Tesoro Steven Mnuchin y otros funcionarios de la administración en el sentido de que se suspenderían los aranceles mientras ambos países proseguían con las pláticas.
Anteriormente el Gobierno había anunciado la lista de los productos que serían sujetos a aranceles, incluyendo televisiones de pantalla plana y dispositivos médicos. Luego sostuvo una serie de audiencias sobre los aranceles, dando al público la oportunidad de influir en la lista definitiva. La Casa Blanca señaló que para el 15 de junio describiría en forma pormenorizada la lista final de bienes que quedarán sujetos a los aranceles y que poco después de esa fecha se impondrían los gravámenes, se lee en el comunicado.
La Casa Blanca informó asimismo que la administración Trump seguiría adelante con las restricciones en las inversiones chinas y con controles más estrictos en las exportaciones destinados a limitar el acceso que los ciudadanos y empresas chinos tienen a la tecnología estadounidense —medida que el Gobierno dijo era por motivos de seguridad nacional.
Dichas restricciones se anunciarán el 30 de junio para adoptarse poco después, anunció la administración, añadiendo que Estados Unidos también continuaría el caso comercial sobre derechos de propiedad intelectual interpuesto contra China ante la Organización Mundial de Comercio.
Las negociaciones comerciales entre ambos países seguirán, se indica en el comunicado, mientras que Estados Unidos ha solicitado a Pekín que elimine “la totalidad de las numerosas trabas comerciales” que impiden a las empresas estadounidenses hacer negocios en China y ha manifestado asimismo que “los aranceles e impuestos entre los dos países sean de naturaleza y valor recíprocos”.