Economia

Pese inversiones, hay temor en región del Bajío

El Diario de Juárez

2018-04-23

En una región mexicana que los habitantes locales llaman 'Nuevo Detroit', General Motors está contratando cientos de trabajadores y ampliando las operaciones de una fábrica de camionetas. BMW terminará el año próximo la construcción de una planta de montaje, publica Los Ángeles Times.
El mes pasado, el fabricante canadiense de autopartes Linamar anunció que destinaría 50 millones de dólares a ampliar las operaciones en dos de sus plantas mexicanas. Sin embargo, los comentarios del presidente Trump sobre el comercio han puesto muy nerviosa a la zona industrial de El Bajío.
El año pasado Ford suspendió los planes de construir una nueva planta en El Bajío. Toyota, después de que Trump la criticó vía Twitter, redujo sus planes de una planta en la región, mientras que Trump atribuyó las marchas atrás como indicio que la manufactura de autos estaba regresando a Estados Unidos.
En esta nueva era de incertidumbre en El Bajío, las automotrices están intentando decidir cómo responder a la promesa de Trump de “traerlas todas de regreso”.
Las empresas japonesas se muestran renuentes a tomar a corto plazo decisiones sobre la región, dijo Alejandro Hernández, director de promoción de inversiones en el estado de Guanajuato. Las compañías estadounidenses siguen adelante pero se mantienen “extremadamente cautas”, dijo mediante e-mail. Mientras tanto, las empresas alemanas están pensando a largo plazo, sopesando la posibilidad de que Trump deje la Presidencia en unos cuantos años.
Hernández señaló que están visitando Guanajuato menos empresas internacionales de lo regular en busca de oportunidades comerciales. El presente año, sólo una automotriz alemana ha anunciado inversiones en el estado, dijo. En 2017, Guanajuato atrajo inversiones de 40 compañías, en su mayoría automotrices, por un total de mil 700 millones de dólares y 14 mil 426 empleos esperados.
Los economistas consideran que la mera anulación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte no bastaría para provocar un éxodo automotriz en El Bajío. Pero la posibilidad de políticas proteccionistas —impuestas por Estados Unidos, México, o ambos— tiene reocupados a los gobiernos locales y las automotrices. Varios funcionarios temen que otros países exploten las tensiones entre Estados Unidos y México y se lleven a las automotrices.
Como dijo Felipe Meza, profesor de economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, “quitar el TLC —ése es el escenario optimista—“.
Resulta difícil exagerar la metamorfosis que ha desatado en El Bajío la industria automotriz.
El acuerdo de libre comercio ha contribuido a desencadenar la transformación regional. La industria automotriz ha generado más de 300 mil empleos en El Bajío, mientras que la deuda pública de Guanajuato es una de las más bajas del país, de acuerdo con archivos financieros estatales. Los servicios públicos son mucho mejores que en otros estados, dicen habitantes locales.
Quizá el efecto más importante del auge automotriz ha sido la tendencia a la baja de la emigración en la zona. El Bajío, sobre todo Guanajuato, llevaba largo tiempo como una de las mayores fuentes de migrantes que se dirigían a Estados Unidos.
Ana Freyer, una socióloga de la Universidad de Guanajuato, considera el explosivo crecimiento del sector automotriz local “un experimento sociológico”. La industria ha modificado los patrones migratorios, cambiado el paisaje e incluso traído sushi a una región previamente monocultural.
Sin embargo, tiene algo de naturaleza efímera, opinó Freyer.
“No creo que la gente se dé cuenta”, dijo, “que las compañías pueden irse con tanta facilidad como llegaron”.

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