Economia

Los teléfonos ultrabaratos que hasta usuarios de iPhone querrán

El Diario de Juárez

2018-04-17

Las compañías telefónicas están actualizando sus redes a fin de que posean capacidad de 4G. Para los más de mil millones de personas que tienen actualmente un teléfono diseñado antes de los smartphones, lo anterior podría significar adquirir uno nuevo. Aproximadamente otros mil millones que están poniéndose en línea no pueden pagar los phablets (contracción de phone y tablet) con sistema Android o los iPhones. Aun en los países ricos, la gente está empezando a sentir cierto nerviosismo en torno a sus teléfonos inteligentes y tal vez desee dejarlos, publicó The Wall Street Journal.
El año pasado, la empresa finlandesa HMD empezó a vender teléfonos marca Nokia con un modelo clásico, actualizando su tecnología y lo que puede hacer, promoviéndolos con una fuerte dosis de nostalgia. El Nokia 3310 de HDM cuesta 60 dólares y se ve como el original, tarda un mes en necesitar cargarse y ahora ofrece acceso rápido a Facebook, Twitter y Snake.
El nuevo Nokia 8110 cuenta con Assistant, el asistente virtual de Google activado con la voz. En cuanto estos asistentes sean bastante buenos, quizá no se extrañe la pantalla táctil.
La integración para el Assistant del 8110 procede de KaisOS, el sistema operativo construido para teléfonos sencillos. Cuando se enciende, el aparato con KaiOS se ve como cualquier otro teléfono móvil antiguo: está diseñado para teclas numeradas, no para dedos, con íconos grandes y menús sencillos. El texto se escribe mediante clics y, en el caso de los teléfonos que se doblan, éstos se pueden cerrar.
KaiOS se ha asociado con Google, Facebook, Twitter y otros a fin de incluir entre 10 y 15 servicios modernos en los teléfonos antiguos.
KaiOS está dedicado a los mercados nuevos, con dispositivos como el JioPhone de Reliance, el teléfono móvil antiguo que en la India se vende a 20 dólares. Pero la empresa también ve una oportunidad en los mercados establecidos, dice su director ejecutivo Sebastien Codeville. La gente va a querer algo que no sea iPhone, señala, no un cambio total, sólo algo menos intenso. La gente seguirá deseando estar conectada, pero no siempre quiere la sobrecarga cognitiva bien documentada implícita al tener cerca un smartphone.

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