Advierte Banxico riesgos por aranceles

Reforma

Acapulco, México– La aplicación de aranceles al acero y al aluminio es un factor de riesgo para la inflación, reconoció Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México.

Ayer, Estados Unidos excluyó temporalmente a México de aplicar aranceles al aluminio y el acero, pero si los aplicara se encarecerían diversas cadenas productivas.

Hoy, en una breve de rueda de prensa en la 81 Convención Bancaria, Díaz de León fue cuestionado sobre el impacto que tendría en la inflación la imposición de aranceles, a lo que respondió que el Banco de México evaluaría el impacto.

"El elemento (la aplicación de aranceles) es un factor de riesgo. Hemos detectado que las posibles medidas proteccionistas pueden tener una afectación", mencionó.

"Si bien puede ser un escenario de riesgo hacia adelante, en su momento en caso de que se materialice algo así, el banco estará apuntando y evaluando exactamente cómo vemos el entorno ante esas nuevas circunstancias", agregó.

Expuso que por ahora más que adelantar algún escenario en particular, es muy importante mantener el entorno de apertura comercial que ha habido en el pasado porque tiene importantes beneficios en términos de competitividad, productividad y para el consumidor.

Agregó que Banxico ha estado siempre a favor de la integración comercial por las ganancias en eficiencia, la contribución que tiene al crecimiento a la inflación y a mejores precios para los consumidores.

Por otra parte, el funcionario fue cuestionado sobre el menor crecimiento del crédito y las caídas en las ventas de autos.

"La incertidumbre que hemos enfrentado el año pasado y en lo que va de este año, ha hecho que algunos rubros del gasto, como la inversión, ha desacelerado. En un entorno de incertidumbre, los proyectos suelen diferirse en el tiempo", comentó.

Finalmente, comentó que la inflación bajó en febrero a un nivel de 5.34 por ciento gracias y que los factores que contribuyen a una tendencia de reducción son las condiciones ordenadas en el mercado cambiario, que no haya crecimiento en precios particulares ni presiones de demanda agregada o de mercado laboral que pudiera incidir en la inflación.

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