Economia

Se estanca crecimiento

Eduardo Porter / The New York Times

2018-02-06

Nueva York– ¿Acaso el mercado podría aún traer la prosperidad? Esa podría resultar ser una pregunta un tanto extraña de hacer cuando Estados Unidos lleva más de ocho años en una sostenida expansión y las economías más fuertes del mundo finalmente están siguiendo el ejemplo. El desempleo está en su nivel más bajo desde el final de la burbuja del dot-com a finales de la administración de Clinton.
La hiperactividad en la Bolsa de Valores, siendo animada por jugosas ganancias e impuestos que están a la baja, está siendo atemperada sólo en cierta manera por el miedo de que la Reserva Federal llegue a arruinar la fiesta.
Aun así, una amplia gama de estadísticas revelan un peculiar desencanto que parece esparcirse por todo el panorama económico. En contraste a los apasionados encabezados sobre las fabulosas oportunidades que la tecnología está a punto de otorgar a la sociedad, se sugiere que muchas de las acaudaladas democracias mercantiles han perdido su dinamismo. Sus compañías están envejeciendo, y sus mercados laborales se están estancando. El crecimiento en la productividad se ha desplomado. Y muchos trabajadores, en pleno apogeo, han ido quedando fuera de la fuerza laboral.
El patrón resulta particularmente notable en Estados Unidos, donde el número de adultos con un trabajo permanece por debajo de su punto álgido de a finales del siglo XX, y el crecimiento en la productividad ha estado decayendo por el transcurso de la última década, alcanzando el más lento ritmo desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
Pero las señales del aletargamiento también se han manifestado en otros lugares del mundo industrializado. La productividad está por los suelos en la mayoría de las economías más acaudaladas. Aunque no con la misma intensidad como en Estados Unidos, hombres de entre 25 y 54 años están abandonando a la fuerza laboral en todas las naciones que conforman la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo. Y aunque las mujeres han entrado al quite hasta cierto punto, el suministro laboral en general, en dichas naciones, se ha desinflado.

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