Economia

Cambiar la pantalla a gris, una opción

The New York Times

2018-01-21

San Francisco— Me cambié al gris… y es grandioso. En un intento por terminar con la adicción a mi teléfono inteligente, me uní a un pequeño grupo de personas que cambió la pantalla de sus dispositivos a escalas de grises: sin colores y con un rango de sombras en blanco y negro.
Tristan Harris, el especialista en ética de la tecnología, fue el primero en popularizar esta tendencia; el objetivo de utilizar solo gris es hacer que la pantalla del teléfono sea un poco menos estimulante.
Llevo un par de días viviendo en gris y es sorprendente lo mucho que me ha aplacado la inquietud por revisar el teléfono. Lo cual sugiere que, tal vez, una forma de dejar mi adicción por este dispositivo sea empeorar un poco su calidad. Somos animales simples: resulta que nos estimulan los colores brillantes.
Las empresas de Silicon Valley, como Facebook y Google, lo saben y recurren cada vez más al campo de la neurociencia aplicada para ver exactamente de qué manera responden los cerebros a los colores en las aplicaciones, qué produce placer y qué llama la atención. La nueva investigación demuestra lo importante que es el color para nuestro entendimiento de las prioridades y las emociones.
Sin embargo, no todos quieren estar tan enamorados de su pantalla. Hace unos días dos inversionistas importantes pidieron a Apple que encontrara la forma de ayudar a los padres a limitar el uso que hacen sus hijos de los iPhone y las iPad, y mencionaron una inquietud por “la salud a largo plazo”.
También hay un movimiento creciente entre algunos de los primeros empleados de la industria tecnológica que está realizando advertencias respecto de los productos que fabricaron.
Mack McKelvey, la directora ejecutiva de la firma de mercadotecnia SalientMG de Washington D. C., señaló que está consciente de los trucos que tienen los teléfonos para mantener a la gente más tiempo revisándolos… y lo que hace que los revisen con mayor frecuencia.
“Nadie compra cajas de cereal blanco y negro, la gente compra las que tienen los colores en verdad estimulantes, y estas aplicaciones han desarrollado mosaicos muy lindos, formas muy vistosas y colores muy brillantes, todo lo cual está diseñado para estimular al que lo vea”, explicó McKelvey. “Pero hay un mundo vibrante y mi teléfono no debería serlo”.
McKelvey también decidió cambiar al gris. No obstante, fue más complicado de lo que esperaba.
“Me tardé como cuarenta minutos en descubrir cómo hacerlo. Enterraron la configuración”, comentó. “De verdad, debes tener ganas de hacerlo”, dijo.
“Color y forma son los rompehielos al momento de llamar la atención de la gente, y la atención es la nueva moneda”, explicó Thomas Z. Ramsoy, director ejecutivo de Neurons, una firma con sede en Copenhague que emplea escaneos cerebrales y tecnología de rastreo visual para estudiar las aplicaciones, las actualizaciones y la tecnología del futuro.
Una forma en la que Silicon Valley podría ayudar a mitigar la adicción al teléfono es utilizar una paleta de colores más amable, afirmó Bevil Conway, un investigador del National Eye Institute, quien investiga el color y las emociones.
“El color no es una señal que sirva para detectar objetos; en realidad, es algo mucho más fundamental: sirve para decirnos qué podría ser importante”, señaló Conway.
(Nellie Bowles / The New York Times)

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