Economia

Apple y su búsqueda de un nuevo paraíso fiscal

The New York Times

2017-11-12

Tim Cook estaba enojado. Era mayo de 2013 y el director ejecutivo de Apple estaba sentado ante un subcomité investigador del Senado de Estados Unidos.
Después de una investigación, ese órgano encontró que la empresa había evadido miles de millones de dólares en impuestos moviendo sus ganancias a filiales irlandesas a las que el presidente del panel llamó “empresas fantasma”.
“Pagamos todos los impuestos que debemos, cada dólar”, declaró Cook en su testimonio. “No dependemos de trucos tributarios”, agregó. “No guardamos el dinero en una isla caribeña”.
Eso era cierto. La isla de Apple estaba en el canal de la Mancha.
Cinco meses después del testimonio de Cook, funcionarios irlandeses comenzaron a tomar medidas sobre la estructura fiscal que había usado Apple. Así que el fabricante del iPhone fue a la caza de otro lugar para depositar sus ganancias, según demostraron nuevos documentos filtrados.
Con la ayuda de despachos legales que se especializan en paraísos fiscales en el extranjero, la empresa exploró una buena cantidad de jurisdicciones antes de instalarse en la pequeña isla de Jersey, donde es común que no se cobren impuestos a las ganancias corporativas.
Apple ha acumulado más de 128 mil millones de dólares en el extranjero –y es probable que mucho más–, cantidad por la cual Estados Unidos no ha cobrado impuestos y difícilmente lo ha hecho otro país. Casi todo ese dinero se generó durante la década pasada.
La historia sobre la búsqueda que hizo Apple de un nuevo paraíso fiscal en una isla y el uso que le dio a Jersey son algunas de las revelaciones que surgieron de registros corporativos secretos de Appleby, un despacho legal con sede en las islas Bermudas, el cual brinda sus servicios a negocios y a la élite acaudalada.
El periódico alemán Süddeutsche Zeitung obtuvo los registros, los cuales divulgó el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación con The New York Times y otros medios de comunicación.
Los documentos revelan la manera en que los grandes despachos legales se abren paso a través de los espacios que hay entre las reglas fiscales de distintos países.
Los clientes de Appleby han transferido marcas registradas, derechos de patentes y otros valiosos activos intangibles a empresas ficticias en el extranjero, con lo cual han evadido miles de millones de dólares en impuestos.
Los registros demuestran que los derechos de la marca registrada del “Swoosh” de Nike, la aplicación del servicio de transporte privado de Uber, las patentes de Botox de Allergan y la tecnología de redes sociales de Facebook residían en empresas ficticias que tienen como sede central las oficinas de Appleby en las islas Bermudas y Gran Caimán.
“Las firmas multinacionales de Estados Unidos son expertas a nivel global en los esquemas de evasión de impuestos que no sólo merman la recaudación tributaria de Estados Unidos, sino la de la mayoría de las economías más grandes del mundo”, explica Edward Kleinbard, quien fue asesor fiscal corporativo de estas empresas y ahora es profesor de Derecho en la Universidad del Sur de California.
De hecho, las estrategias fiscales que utilizó Apple –al igual que Amazon, Google, Starbucks y otras empresas– cuestan a los gobiernos de todo el mundo hasta 240 mil millones de dólares al año en ingresos perdidos, según un cálculo de 2015 que realizó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
(J. Drucker / S. Bowers / The New York Times)

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