Economia

Crece el valor y el poder de los 5 gigantes de la tecnología

The New York Times

2017-10-15

Nueva York— Los gigantes de la tecnología son demasiado grandes. Además de Donald Trump, esta es la historia que ha definido a 2017: la metanarrativa que merodea debajo de uno de cada dos titulares.
Las empresas que llamo “Los Cinco Temibles de la Tecnología” –Amazon, Apple, Facebook, Microsoft y Alphabet, la empresa matriz de Google– han experimentado un crecimiento sorprendente en los últimos años, lo cual las ha convertido en las cinco empresas más valiosas del mundo que cotizan en Bolsa.
Gracias a que poseen la tecnología que dominará una gran parte de la vida en el futuro próximo, también están obteniendo un enorme poder político y social sobre una buena porción del mundo más allá de la industria tecnológica.
Muchas personas temen que las empresas puedan traducir el poder que tienen sobre algunas plataformas digitales clave en una propiedad indiscriminada de las industrias adyacentes que dependan de esas plataformas, lo cual les daría mayor poder económico y social. La industria del entretenimiento es un buen lugar para evaluar estas aseveraciones porque, de distintas maneras, los Cinco han pasado años construyendo plataformas que buscan distribuir el arte, la cultura y los medios.
Facebook dirige las noticias; YouTube, de Google, tiene videos y música; la consola Xbox de Microsoft tiene juegos; Amazon opera libros, películas y televisión (y, por medio de su servicio de alojamiento web –AWS, por su sigla en inglés–, alberga mucho más, incluido Netflix); y Apple tiene básicamente lo mismo, más todas sus aplicaciones.
Sin embargo, en el mundo del entretenimiento, también vemos los límites a los que se han enfrentado para entrar en un territorio nuevo.
Aunque sus tecnologías han alterado casi todo lo que conocemos respecto de nuestra manera de comprar y la forma en que vivimos la cultura popular, los Cinco no han sido los más grandes beneficiarios de los cambios.
Están inundando de dinero a la industria del entretenimiento, pero los han arrinconado empresas más astutas como Netflix y Spotify.
Amazon ha tenido problemas para producir un programa exitoso, mientras que Apple siempre tiene planes de hacer un programa original de televisión a la vuelta de la esquina (actualmente cerró un trato para revivir Amazing Stories, la serie de Steven Spielberg de la década de los ochenta; no se sabe cuándo saldrá al aire). Cada uno de los Cinco ha tenido como meta crear un sitio genial dentro de los tumultuosos mercados nuevos que han habilitado sus plataformas.
Pese a ello no cabe la menor duda de que la tecnología ha derrocado la economía de los negocios culturales modernos.
Con el iPod y iTunes, Apple adquirió dominio sobre una industria de la música que estaba teniendo dificultades para responder a la era digital. Amazon eclipsó a Barnes & Noble como el rival más fuerte de las librerías independientes; durante años, el gigante tuvo combates violentos con la industria editorial por los contratos de las ventas que las casas editoras acusaban de ser demasiado onerosos. Las otras firmas tienen historias similares.

–El otro lado de la historia
En una polémica reciente, Move Fast and Break Things, Jonathan Taplin, el director emérito del Laboratorio de Innovación de Annenberg en la Universidad del Sur de California (y un exrepresentante de bandas de rock y productor de cine), señala que en algún momento los músicos pudieron tener una vida decente gracias a los cheques de las regalías.
En la actualidad, la tecnología digital ha debilitado ese negocio por completo. YouTube ha logrado que todas las canciones estén disponibles en línea y, aunque muchos artistas reciben un pago por la publicidad que pasan en YouTube (la empresa afirmó que pagó mil millones de dólares el año pasado), el dinero no se compara en lo más mínimo a lo que ganaban los artistas por vender discos.
Taplin ve lo que ha sucedido en la industria musical como un presagio de lo que podría suceder con una gran parte del resto de la cultura. “El ascenso de los gigantes digitales está directamente conectado con la caída de las industrias creativas de nuestro país”, escribió.
No obstante, hay otro lado de la historia. Como he señalado antes, mientras los músicos se han visto obligados a encontrar nuevas fuentes de ingresos, el ascenso de las suscripciones en línea y la nueva disposición de los consumidores por pagar han provocado una explosión de nuevas voces culturales.
Al mismo tiempo, parte del pesimismo primigenio no se ha convertido en realidad: las librerías independientes y los libros impresos están de regreso, mientras que las editoriales están disfrutando de ganancias récord. Además, el entusiasmo que tienen los gigantes tecnológicos por crear mercados de entretenimiento ha generado bonanzas para algunos artistas. Para competir por nuevos miembros, Apple, Tidal y otros servicios de emisión en continuo de música están ofreciendo bonos generosos: Apple pagó 500 mil dólares a Chance the Rapper por dos semanas de acceso exclusivo a su último álbum.
(Farhad Manjoo / The New York Times)

X