Martin Coronado
El Diario
Mientras Canadá propuso subir hasta 70 por ciento el contenido regional en los autos para que sean considerados como hechos dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la especialista en reglas de origen de la firma de comercio exterior AJR, Iliana Carrillo Rojas, indicó que la cantidad de insumos no es tan importante, sino la necesidad de certificarlos.
Ayer se dio a conocer que en el proceso de modernización del TLCAN, Canadá está buscando que para considerar a un auto como hecho en la región, y que así pueda cruzar las fronteras de Canadá, Estados Unidos y México, debe tener al menos el 70 por ciento de insumos hechos en alguno de esos tres países.
Óscar Raúl Albín Santos, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), uno de los que están como apoyo de los negociadores del TLCAN en el llamado “cuarto de junto”, explicó durante una reciente visita a esta ciudad que actualmente una gran parte de los insumos que se usan para ensamblar los vehículos en México, llegan de Asia y Europa. Pero como el auto se arma en México puede cruzar a EU con las facilidades de TLCAN.
Carrillo Rojas explicó que si se fija un nuevo porcentaje, lo más trascendente es que se le empezará a prestar atención a algo que por ahora no tiene mucho eco.
“Es algo a lo que no se le estaba prestando mucha atención, pero ahora las empresas tienen que empezar a estar seguras de que se está haciendo bien”, indicó.
Adelantó que si viene un cambio en las normas de origen, será más minuciosa la vigilancia de EU a este detalle, y que por ello las empresas tienen que empezar a preocuparse, revisando de dónde vienen sus insumos y cómo pueden probarlo.
Al respecto, el presidente del Colegio de Fiscalistas de Ciudad Juárez, Mario Hernández Contreras, indicó en entrevistas previas que desafortunadamente, la ciudad no tiene suficientes empresas listas para aumentar de manera inmediata la cantidad de insumos que le puede vender a la industria.
Sin embargo apuntó que el país está a tiempo de desarrollar y generar empresas que puedan aportar insumos a la maquiladora, que ha sido una meta desde que la industria llegó a la ciudad.
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