Economia

Detecta Hacienda abuso en esquema maquilador

Reforma

2017-08-07

Ciudad de México— Para hacer contrabando de prendas de vestir y calzado se está utilizando el programa de promoción industrial más grande del país.
En 2016 entraron a México 864 millones 370 mil dólares (alrededor de 15 mil 126 millones de pesos) de ropa y zapatos mediante el programa de Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (IMMEX).
Lo anterior, según una revisión de Reforma al Sistema de Seguimiento Oportuno del Comercio Exterior, de 190 fracciones arancelarias del sector de prendas de vestir y calzado, donde se comprobó que productos entraron al amparo de este decreto.
Las reglas del programa dicen que éste sólo puede usarse para transformar insumos o bienes que luego serán reexportados al extranjero.
Pero en algunos casos, el contrabando sirvió para importar productos que ya no aceptan transformación y además entraron al país precios muy bajos.
Por ejemplo, se importaron suéteres fabricados con fibras artificiales por un total de 46 millones 982 mil dólares, a un precio unitario de 3 dólares con 92 centavos cada uno, o pantalones para hombre por 5 millones 576 mil dólares a un precio unitario de 2 dólares con 70 centavos.
En otros, las prendas entraron a precios que ni siquiera cubren el costo de producción.
Empresarios y autoridades reconocen que el problema está ocasionando daño.
Para José Cohen, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), estos productos han acabado con la cadena mexicana de textil-confección, debido a que no se puede competir con ellos por sus bajos precios.
“Hay una gran oferta de productos textiles y de vestido que no corresponden con los datos de importaciones. Lo que notamos es que hay abusos en las importaciones temporales respecto a que no se devuelve este producto, no vuelve a salir del país”, admitió Ricardo Treviño, administrador general de Aduanas.
El fallo del programa ocurre cuando una empresas que ya adquirió su certificado para ser parte de INMEX hace un pedimento de importación y no tiene la misma revisión de seguridad y fiscal que se hace en otros casos, gracias a que es parte del programa.
“Tenemos detectado que hay quienes cometen actos de ilegalidad con tan valioso y estratégico programa para México”, advirtió Federico Serrano, presidente del Consejo Nacional de Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación.
–Falta de control
Con el INMEX se realiza 80 por ciento de las exportaciones manufactureras del país, según datos del Index.
Por ello ha sido un programa muy importante para la competitividad del País.
El mismo programa hace seguimientos para evitar su abuso, en caso que se descubra alguna compañía haga mal uso de él, explicó Israel Morales, director de Comercio Exterior del Index.
Sin embargo, dar seguimiento a quienes hacen abuso de él es complicado, y el Consejo Maquilador, cuyos afiliados se asocian voluntariamente, no puede vigilar a todas las compañías que obtienen el decreto.
“Nosotros no tenemos capacidad de injerencia sobre las compañías que no pertenecen a nuestra membresía”, puntualizó Morales.
Juan Díaz Mazadiego, director de Comercio Exterior de la SE, aseguró que a partir que se detectó que el programa se estaba utilizando mal, entre Gobierno e industria se ha buscado modificar el esquema.
El último cambio opera desde febrero y limita el valor de piezas que pueden ser importadas bajo el régimen.
Cuestionado sobre la responsabilidad de Economía, el funcionario aseveró que se verifica a las que lo solicitan, pero algunas montan operaciones falsas.
“Se les hace revisión a las empresas, sin embargo se ha detectado casos donde las empresas hacen un montaje para esperar la verificación, con maquinaria y personal contratado y que usa el mismo uniforme, y una vez que logran el certificado, desaparecen”, precisó.
Serrano, líder de los maquiladores, señaló que es necesario hacer un análisis de riesgo antes de que las empresas se integren al programa y hacer un seguimiento más formal con un padrón y revisiones aleatorias a las instalaciones.
Raúl García, empresario del sector vestido, recordó que estos productos llegan al comercio informal y se suman a lo que entra por robo o entra de manera ilegal.
“Es algo con lo que tenemos que vivir, es un competidor más. Nos daña porque para el consumidor no hay diferencia donde compra o se produce. Es al final un tema de corrupción, las autoridades sabe que ocurre y dónde se vende”, declaró.

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