Associated Press
2017-07-23
Lansing, Michigan— El plan de la compañía taiwanesa, fabricante de electrónicos, Foxconn, para construir una fábrica de paneles de pantallas en Estados Unidos, ha desencadenado una ráfaga de cabildeo por parte de los estados que rivalizan por conseguir llevarse un premio que según funcionarios de desarrollo económico es una oportunidad única que sólo se presenta en una generación.
No sólo son empleos que estarán disponibles, posiblemente tan sólo 5 mil en la planta y potencialmente miles más en otras operaciones en Estados Unidos no especificadas que la compañía tiene la intención de lanzar.
En dos de estos estados, los intentos de cortejar a Foxconn se han desparramado públicamente. Este mes los legisladores en Michigan aprobaron incentivos fiscales para la creación de nuevos empleos, incluyendo uno para compañías que añadan al menos 3 mil puestos que paguen el salario promedio de la región. Los legisladores en Wisconsin están considerando nuevos incentivos, también.
Ohio, Pennsylvania, Illinois, Indiana y Texas, también parecen estar en la contienda por una especie de inversión de parte de Foxconn, compañía que compró la marca japonesa de electrónicos Sharp, el año pasado.
El poder atraer a Foxconn a que construya la primera fábrica de pantallas de cristal líquido en el país dará señales de que el Medio Oeste, región que ha estado sufriendo de una hemorragia de empleos manufactureros en años recientes, puede diversificarse en volver a producir dispositivos de alta tecnología, atractivos para los consumidores, que por lo regular son ensamblados en Asia.
La caza por Foxconn es fluida y en gran medida sigilosa, en la que los gobernadores y funcionarios estatales se rehúsan a siquiera confirmar sus intereses debido a ciertos acuerdos que prohíben revelar más de la cuenta.
Incluso Foxconn no ha querido dar mayores detalles sobre la razón de querer expandir su legado en Estados Unidos.
Foxconn, la más grande ensambladora de teléfonos inteligentes y otros dispositivos para Apple y otras marcas, ha enlistado a siete estados con los cuales espera poder trabajar. Se espera que la compañía anuncie sus planes para desarrollar sus operaciones en al menos tres de estas entidades para comienzos de agosto.
En el caso de Texas, el gobernador republicano, Greg Abbott, puede ofrecer incentivos a creadores de empleos. Texas es uno de los estados que está más a favor del crecimiento empresarial.
Tras la Gran Recesión, Texas se puso al frente de la nación en crecimiento económico, aunque tal crecimiento también se ha reducido debido al prolongado desplome en los precios del petróleo. El ex gobernador, Rick Perry, disfrutaba mucho de viajar para reclutar a grandes empleadores para Texas, incluso si esto significaba tener que robarles empleos a otros estados.
Su sucesor, Abbott, ha realizado menos viajes de este tipo pero ha dado continuidad muy agresivamente a la premisa de Perry de “Texas está abierto a los negocios” para atraer a las grandes compañías.