El Diario
2017-06-15
Desde que el presidente Trump ganó la nominación republicana, la mayoría de sus ventas de bienes raíces de sus compañías han sido hechas a compañías fantasmas que ocultan las identidades de los compradores, según revela una investigación de USA Today.
En el transcurso de los últimos 12 meses, alrededor del 70 por ciento de los compradores de las propiedades de Trump eran empresas con una responsabilidad limitada, conocidas como LLC –entidades corporativas que permiten que las personas compren propiedad sin revelar los nombres de todos los propietarios. Eso se compara con alrededor del cuatro por ciento de los compradores en los dos años anteriores.
Los periodistas de USA Today han pasado seis meses catalogando cada condominio, penthouse u otra propiedad que son propiedad de Trump y sus compañías —y rastreando a los compradores detrás de cada transacción. La investigación encontró que las compañías de Trump son propietarias de más de 430 propiedades individuales que valen más de 250 millones de dólares.
Desde el día de las elecciones, las empresas de Trump han vendido 28 de esas propiedades en Estados Unidos por 33 millones de dólares. Las ventas incluyen condominios de lujo, penthouses en Las Vegas y Nueva York y lotes frente al mar cerca de Los Ángeles. El valor del inventario de bienes raíces disponibles de sus compañías sigue estando por arriba de 250 millones de dólares.
Las ganancias por las ventas de estas propiedades fluyen por medio de un fideicomiso administrado por los hijos de Trump. El presidente es el único beneficiario del fideicomiso y puede retirar dinero en cualquier momento.
La creciente porción de compradores desconocidos sale a relucir ahora que investigadores federales, miembros del Congreso y grupos vigilantes de ética están haciendo preguntas sobre las ventas de Trump y sus clientes en Estados Unidos y alrededor del mundo. Algunos demócratas en el Congreso han estado pidiendo mayores detalles de los compradores nacionales de bienes raíces de Trump desde que USA Today publicara su reporte inicial.
Lo que a ellos les preocupa es que las ventas en secreto crean un extraordinario potencial sin precedentes para que las personas, corporaciones o intereses extranjeros intenten influenciar al presidente. Cualquiera que quiera cortejar los favores del presidente puede comprar múltiples propiedades, o pagar de más a propósito, sin revelar su identidad públicamente.
El acervo de las bienes raíces, el cual Trump nunca ha revelado por completo y que no está obligado por la ley a revelar, ofrece una oportunidad para que cualquiera pueda destinar dinero a un presidente al mando. El incremento en los compradores protegidos por las LLCs hace que sea más difícil rastrear a las personas que le están pagando al presidente y a sus compañías por propiedades con un valor entre los 220 mil y los 10 millones de dólares.
El claro incremento en las compras a compañías fantasmas, registrado el año pasado después de que Trump ganara la nominación republicana es una característica propia de las ventas de las compañías del presidente, incluso en sus propias torres y vecindarios. Los condominios que eran propiedad de otras personas en los mismos edificios, y que fueron vendidos durante el mismo periodo, fueron comprados por las LLCs en no menos del 20 por ciento de las transacciones. En algunas áreas, la porción fue mucho más pequeña.
“Si alguien le está comprando algo a la Organización Trump para comprar un favor, no hay manera de saber quién es esa persona o cuál es el favor que intenta comprar”, dijo Jack Blum, un abogado de Washington que se especializa en evasión de impuestos en el extranjero y delitos financieros y exabogado de dos comités del Senado de Estados Unidos.
La razón del incremento no está clara. La Casa Blanca refiere toda pregunta sobre las empresas de Trump a la Organización Trump, la cual no responde a las preguntas sobre dichas ventas.