Economia

Aumentan renuncias de directores ejecutivos por fraudes

Reforma

2017-05-17

Ciudad de México– El porcentaje de directores ejecutivos que se ven obligados a dejar su puesto por problemas éticos como fraudes, sobornos, abuso de información privilegiada, desastres ambientales o incluso escándalos sexuales ha aumentado alrededor del mundo, según PwC.

En su estudio CEO Success Study 2016, elaborado por la unidad de negocios de consultoría de PwC, la firma reveló que la sucesión forzada por problemas éticos aumentó de 3.9 por ciento entre 2007 y 2011, a 5.3 por ciento entre 2012 y 2016.

PwC explicó que dicho aumento se debe principalmente al creciente escrutinio público y a la rendición de cuentas por parte de los ejecutivos.

El estudio que analiza las sucesiones de directivos en las 2 mil 500 empresas más grandes del mundo durante los últimos 10 años sostiene que el aumento en las renuncias de directores ejecutivos por problemas éticos ha sido más marcado en empresas de Estados Unidos y Canadá.

En las compañías de esos países la rotación obligatoria debido a problemas éticos se duplicó en los años recientes al pasar de 1.6 por ciento, de todas las sucesiones en el periodo de 2007 a 2011 y para el periodo de 2012 a 2016a 3.3 por ciento.

A pesar de ello, las empresas en Estados Unidos y Canadá tienen el porcentaje más bajo de incidencia de renuncias por problemas éticos, en comparación con el 5.9 por ciento que sumaron en Europa Occidental y 8.8 por ciento reportado en las economías BRIC.

Según PwC durante los últimos 15 años ha habido cinco tendencias que han provocado que los consejos administrativos, inversionistas, gobiernos, clientes y medios de comunicación exijan estándares mucho más altos que antes en materia de rendición de cuentas para los directores ejecutivos en caso de problemas éticos.

La primera tendencia es una opinión pública más desconfiada y crítica desarrollada a partir de la crisis financiera de 2007-2008 y la gran recesión que originó.

La segunda es un gobierno corporativo y regulaciones más estrictas, donde hay cero tolerancia al mal comportamiento de los altos directivos.

Una tercera tendencia responde a cambios en el entorno operativo de las empresas que buscan crecimiento en los mercados emergentes, donde aumentan los riesgos de caer en soborno y corrupción, así como la dependencia a cadenas de suministro más grandes que incrementan los riesgos con las contrapartes.

Otra tendencia es que el uso del correo electrónico, los mensajes de texto y los medios sociales ha generado nuevos riesgos éticos, pues la comunicación digital de una empresa puede generar evidencias irrefutables de mal comportamiento y su existencia aumenta las probabilidades de responsabilizar a los directores ejecutivos por ello.

Finalmente, el acelerado flujo de noticias e información financiera en internet permite que la información negativa sobre las empresas y sus directivos viaje y se difunda rápidamente.

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