AFP
2017-03-16
París— Las divergencias entre las políticas monetarias de las principales economías mundiales, con Estados Unidos y China por un lado y la zona euro y Japón por otro, continúan aumentando y podrían tener consecuencias para los países emergentes.
Varios bancos centrales reaccionaron a la decisión del miércoles de la Reserva Federal estadounidense (Fed) de aumentar un 0.25% sus tasas de interés.
China siguió los pasos de Estados Unidos y aumentó el jueves en un 0.10% sus tasas en el mercado monetario, mientras todos los demás bancos centrales mantuvieron sin cambio su política acomodaticia.
Comenzando por el Banco de Japón (BoJ), que reiteró su voluntad de continuar con ello “el tiempo que sea necesario” para alcanzar su objetivo de alza de precios en un 2%.
Lo mismo ocurre con el Banco de Inglaterra (BoE), que dejó su tasa principal a un nivel históricamente bajo desde agosto pasado, cuando la institución aligeró su política monetaria para hacer frente a los posibles efectos en la economía del Reino Unido de la decisión de los británicos de salirse de la UE.
El Banco Nacional Suizo (BNS) y el de Noruega no hicieron cambios. El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo su política monetaria ultraacomodaticia hace una semana.
Esta “asimetría” entre la política monetaria estadounidense y las de la mayoría de las otras grandes economías mundiales “se explica por diferencias de posicionamiento en el ciclo económico”, explicó a la AFP Julien-Pierre Nouen, director de estudios económicos en Lazard Frères.
“En Estados Unidos, la economía está prácticamente en el pleno empleo, la inflación comienza a acelerarse levemente y es lógico que la política monetaria se normalice”, agregó.
Por el contrario, en la zona euro y en Japón, la reanudación del crecimiento sigue siendo todavía frágil y los objetivos de inflación no han sido alcanzados.
En México, se espera que el banco central incremente su tasa en el próximo anuncio de política monetaria, programado para el jueves 30 de marzo.
––Alza del dólar
De acuerdo con Philippe Waechter, director de investigación económica en Natixis, la Fed está convencida de haber alcanzado ya su objetivo y el BCE considera que el alza de los precios de este comienzo de año es solo temporal. Esta divergencia llevará al alza de la moneda estadounidense.
“Que el dólar se aprecie un poco, no es anormal”, reconoció Waechter, quien descarta por ahora un riesgo para el crecimiento de las principales economías mundiales o un alza fuerte de la divisa estadounidense.
“El asunto se va a plantear del lado de los países emergentes donde el alza del dólar puede plantear problemas, porque hay un endeudamiento importante en divisa estadounidense. Si el dólar aumenta de manera duradera, el asunto puede volverse problemático”, puntualizó.
Pero hay un peligro, según Nouen: “Si la inflación se acelera de manera muy fuerte en Estados Unidos, la Fed se vería obligada a subir más rápidamente las tasas y ahí podríamos ver un efecto más fuerte en el dólar y de manera inducida en los emergentes”, afirmó. “Pero esa no es la perspectiva central”, agregó.