Economia

Seduce y traiciona a estadounidenses

The New York Times

2016-12-05

Donald Trump obtuvo la victoria en el Colegio Electoral (pero no la del voto popular) gracias a la fuerza de un abrumador apoyo por parte de los blancos de la clase trabajadora, quienes se sentían relegados por la sociedad y la economía cambiante. Están a punto de obtener su recompensa: la misma que, a lo largo de la carrera de Trump, ha recibido todo aquel que ha confiado en su benevolencia. Sí, la clase blanca trabajadora está a punto de ser traicionada.
La evidencia de esa traición inminente se hace obvia en la elección de figuras corporativas y antitrabajadores para cargos clave. En particular, la historia más importante de la semana pasada (de verdad, dejen de enfocarse en el Twitter de Trump) fue la elección de Tom Price, un feroz opositor de Obamacare y defensor de la privatización de Medicare, como secretario de Salud y Servicios Sociales. Eso significa quizá que los adeptos más entusiastas de Trump estarán entre quienes más pierdan con esto.
Entre 2013 y 2015, gracias al Obamacare, la cantidad de estadounidenses sin seguro se redujo por 13 millones; los blancos sin título universitario, quienes votaron por Trump en una proporción de dos a uno, representan ocho millones de esos 13.
––Trabajos no pueden recuperarse
Además, en caso de que se lo estén preguntando, no, Trump no puede hacer que aparezcan de repente los trabajos de manufactura que se han perdido en las décadas anteriores. Esos empleos se perdieron sobre todo debido a cambios tecnológicos —no a las importaciones— y no pueden recuperarse.
––Distraer con ‘baratijas’
Ciertamente los demócratas harían bien en evidenciar y combatir la traición de Trump a la clase trabajadora. Sin embargo, debemos considerar las tácticas que usará para disimular el alcance de su traición.
Una de ellas, que ya pudimos observar con su rimbombante anuncio de un trato para conservar algunos empleos de Carrier en Estados Unidos, será distraer al país con baratijas relucientes. En verdad, esta táctica funcionará sólo si la cobertura de los medios es simplista e ignora las cifras.
No, Trump no se “enfrentó” a Carrier, más bien parece haberle ofrecido un soborno. Estamos hablando de mil empleos dentro de una enorme economía; al ritmo de un acuerdo como el de Carrier a la semana, Trump necesitaría 30 años para salvar tantos empleos como lo hizo el presidente Obama con el rescate financiero de la industria automotriz, y le tomaría un siglo compensar la pérdida generalizada de empleos en el sector manufacturero desde el año 2000.
No obstante, a juzgar por la cobertura dada a este acuerdo hasta ahora, la suposición de que los medios noticiosos serán simplistas e ignorantes parece muy probable.
––Mantener la vista en lo importante
Cuando empiece a concretarse la realidad de que los trabajadores pierden terreno, si así sucede, me preocupa que la administración de Trump haga lo que los gobiernos autoritarios hacen a menudo para desviar la atención de un mal desempeño: buscar un enemigo.
Recuerden lo que dije sobre el Twitter de Trump. Mientras daba un gran paso hacia quitar a millones su seguro de salud, Trump comenzó a vociferar acerca de retirar la ciudadanía a quien quemara banderas. No fue una coincidencia.
El punto es mantener la vista en lo importante. Millones de estadounidenses acaban de recibir un golpe inesperado. Y todavía no lo saben.
(Paul Krugman / The New York Times)

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