Agencia Reforma
2016-09-25
Ciudad de México— La declinación en la producción de materias primas arrastra hacia abajo a la industria química del país.
La falta de metano y etano compromete a la industria nacional, pues hasta hace dos años el abasto de estos productos era obligación de Pemex por retener el monopolio en los mismos.
—Menos producción de gas
De los pozos petroleros emanan crudo y gas natural. Este último contiene líquidos que posteriormente se fragmentan y se dividen según sus propiedades y dan origen a las cadenas petroquímicas.
No obstante, la declinación petrolera del país que inició en 2004 y se ha agravado en los últimos años compromete su abasto.
Recientemente, se le suman distintos accidentes industriales como aquel en el Golfo de México que incluyó a la plataforma Abkatún Alfa, que redujo el suministro de gas a los completos petroquímicos.
En reservas 3P, México tiene 66 billones 189 mil 300 millones de pies cúbicos de gas natural disponibles para extraerse, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Este volumen incluye los campos petroleros ya descubiertos, por lo cual no contempla otros recursos prospectivos que pudieran agregarse tras realizar análisis de exploración y producción.
Sin embargo, a pesar de estos volúmenes, la producción nacional ha declinado.
De 2009 (año en que el gas natural alcanzó un precio pico) a 2015, el volumen extraído declinó 8.9 por ciento.
Esto al pasar de 7 mil 30 millones de pies cúbicos diarios a 6 mil 401 millones, según datos de la Secretaría de Energía (Sener).
—Desabasto
Datos de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) señalan que desde inicios de 2015 la industria nacional ha enfrentado una reducción en la proveeduría de Pemex de metano y etano.
El primero es el inicio de la cadena que termina en la producción de fertilizantes y, el segundo, culmina con la obtención de resinas plásticas.
“Sí hemos estado enfrentando una disminución en la proveeduría por parte de Pemex. Hemos estado trabajando con diferentes áreas de la empresa, con la Secretaría de Energía y de Economía para ver cómo podemos encontrar una solución para reducir el déficit de etano”, señaló el organismo.
El desabasto desde 2015 se ha reducido entre 30 y 35 por ciento hasta el primer semestre de este año.
“En términos reales, estamos recibiendo una proveeduría de entre 65 y 70 por ciento. Ahí hay un desabasto importante del 30 a 35 por ciento, pero realmente es la tercera parte del consumo de metano y del etano.
“Está teniendo un impacto importante en el cumplimiento que tenemos como industria con nuestros clientes quienes, al no recibir tampoco los productos de Pemex, no podemos nosotros a su vez cumplir con los compromisos que tenemos con otras industrias”, señaló.
Importar no es una alternativa. “Ponernos a importar es traer de Estados Unidos donde no tenemos infraestructura para importar estos productos. Habría que construir un etanoducto y un etilenoducto que lleva años y un costo alto”, abundó la ANIQ.
De no alcanzar un acuerdo, otra opción es importar los derivados siempre y cuando se pueda, pues no todos tienen la facilidad.