Economia

Impresión 3D promete revolucionar la manufactura en masa

The New York Times

2016-09-21

La línea de ensamble de Feetz cuenta con 100 impresoras 3-D. Su único propósito es fabricar zapatos.
Cada impresora tiene el nombre de un personaje de las caricaturas: La Mujer Maravilla, Scooby-Doo, etcétera. Aunque es algo extravagante, las impresoras, que cuestan 5 mil dólares cada una, están allí para cambiar drásticamente la venta masiva al detalle, para fabricar cada par de zapatos bajo pedido y más baratos.
“La tecnología está para ayudar”, comentó Lucy Beard, directora ejecutiva de Feetz, quien lleva dos años desempeñando ese puesto en San Diego. “Vi las impresoras 3-D en una revista y pensé en una personalización masiva”.
Cada impresora puede ser programada para fabricar tamaños diferentes y le toma unas 12 horas el elaborar un par de zapatos. La empresa, que empezó recientemente a vender zapatos, sólo cuenta con 15 empleados.
Sin embargo, Beard de 38 años, un ex actuario, imagina el día en que los zapatos sean impresos en una hora. Con limitados costos laborales y de envío y sin tener que contar con un inventario, Feetz obtiene un 50 por ciento de ganancias en cada par, agregó.
El pedido se puede hacer en línea, los clientes pueden descargar una aplicación, tomar un teléfono inteligente y enviar una imagen de sus pies y crear un modelo en 3-D.
Los zapatos, que cuestan 199 dólares, son fabricados de materiales reciclados y están muy acolchados y son muy cómodos.
Con el incremento de la nueva tecnología como los teléfonos inteligentes y las impresoras 3-D, las nuevas empresas de moda como Feetz están cambiando la manera como se puede hacer un pedido de mercancías y la manera de fabricarlas y venderlas.
Al igual que Beard, varios fundadores de estas empresas no tienen antecedentes en la moda. En lugar de eso, consideran a la tecnología como una respuesta a los productos hechos en serie, que con mayor frecuencia ahuyenta a los jóvenes.
Los consumidores que tienen dificultad para encontrar las tallas –como la más pequeña, para personas corpulentas o de mayor estatura– les será más fácil realizar sus compras.
Tradicionalmente, la manufactura es la parte más cara de la cadena de suministro de ventas al detalle. El crear productos en pequeñas cantidades es difícil y costoso. La mayoría son elaborados en el extranjero, posteriormente son enviados a Estados Unidos y eso le agrega tiempo y costo al proceso.
Así que, hasta “la moda pasajera” puede tomar hasta seis semanas para llegar a los estantes de las tiendas.
La belleza de la moda instantánea y personalizada, aseguran los expertos, es que los productos pueden ser elaborados a un costo más bajo y más rápido –con un estilo personalizado.
Aunque la variación es una nueva idea del mundo de la tecnología, no todos están convencidos de que este tipo de innovación revolucionará la moda. James Dion, un asesor de ventas al detalle en Chicago, comentó que considera a la moda personalizada como “algo pasajero” y con un atractivo limitado.
La industria ya tiene una de sus primeras fallas: Tinker Tailor, que elaboró lujosa ropa de mujer, cerró el año pasado ya que no pudo obtener financiamiento.
Éstos son los primeros días de la impresión 3-D, comentó Uli Becker, ex director ejecutivo de Reebok e inversionista de Feetz. Las ofertas no están muy diversificadas y están limitadas a los productos básicos.
La tela aún no puede ser impresa. Sin embargo, ve un gran potencial en la impresión 3-D.
“Uno puede empezar a producir en Estados Unidos para la gente de este país”, dijo. “Las fábricas pueden estar en el mismo lugar en donde uno vende los productos, lo cual puede generar empleos”.
También hay que considerar que la tecnología mejora cada mes, agregó Becker.
“Esto es el equivalente a los teléfonos celulares de los años 1980 que eran cargados en un portafolio y uno se ponía un ladrillo al oído”, dijo.
“En el futuro, vamos a ir a las salas de exhibición, seleccionaremos lo que queramos, lo ordenaremos en línea o podremos imprimir el producto nosotros mismos”, dijo.
Los fabricantes de zapatos personalizados como Feetz, también harán que sea obsoleto probarse los zapatos en la tienda, según aseguran los expertos.
“En 10 años uno no tendrá que probarse físicamente un par de zapatos”, dijo Beard.
Esta promesa está haciendo que el Valle del Silicón tome nota.
“Hemos estado buscando empresas que puedan usar una tecnología avanzada”, comentó Vijit Sabnis, un socio comercial de Khosla Ventures e inversionista en Feetz.
Eventualmente, los productos al detalle serán elaborados por robots e impresoras 3-D, añadió. Y van a ser manufacturados en cualquier sitio, en lugar de en grandes plantas.
“Nos vamos a deshacer de los costos de envío y volveremos a considerar la cadena de suministros”, comentó. “Es realmente genial”.
Khosla Ventures también ha invertido en nuevas empresas de moda que usan la tecnología además de la impresión 3-D.
Una de ellas es Shoes of Prey, un sitio en la web que permite que las compradoras escojan los colores y estilos de los zapatos para mujer, que en la mayoría de los casos, cuestan menos de 200 dólares.
Otra inversión, MTailor, elabora camisas y trajes para caballeros y les toma medidas a sus clientes a través de un teléfono inteligente. El precio de las camisas inicia en 69 dólares.

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