Economia

Fabrican celulares con poca ética

AFP

2016-02-28

Barcelona— Mientras el Congreso Mundial de Móviles de Barcelona congregaba la flor y nata del sector, varias entidades denunciaron el lado oscuro del negocio, al que acusan de despreocuparse de la violación de derechos humanos en las fábricas chinas y las minas congoleñas.
“Detrás de esta industria tan moderna y tan de progreso se esconden temas oscuros como la explotación laboral o minerales manchados de sangre procedentes de zonas en conflicto”, denuncia Alba Trepat, responsable de campañas de SETEM, la ONG de solidaridad internacional impulsora del Congreso Social de Móviles.
En esta feria alternativa, celebrada a pocas manzanas de la feria del sector, el smartphone estrella fue el Fairphone 2, que intenta velar por un proceso de producción ético.
El imposible ‘teléfono justo’
La compañía holandesa que lo produce, creada en 2013, se inspira en los principios del comercio justo pero reconoce que es imposible cumplirlos al 100% por el gran número de materiales utilizados en la fabricación y la multitud de empresas participantes en la manufactura, muchas de ellas en países emergentes.
“La cadena de suministro implica centenares de actores y por cada mineral hay al menos cinco pasos de producción. Asegurar que cada paso es ético es muy difícil”, explica a la AFP Daria Koreniushkina, directora de Compromiso Público de Fairphone.
Su marca lo intenta: su primer modelo utilizaba únicamente estaño y tantalio de la República Democrática del Congo (RDC) ajenos al conflicto armado del país, y para su segundo modelo, lanzado en 2015, consiguieron oro extraído en Perú respetando los estándares de comercio justo.
En su fábrica en China, promueven programas sociales para los trabajadores y publican periódicamente informes independientes sobre las condiciones laborales.
Según las investigaciones de Electronics Watch, en muchas fábricas chinas se superan las 80 horas semanales, con salarios de miseria y una alta exposición a productos cancerígenos.
En 2012, Apple admitió abusos laborales por parte de algunos de sus proveedores después de una ola de suicidios en una planta china del grupo taiwanés Foxconn, suministrador de componentes para iPhone.
Explotación infantil en las minas
Fairphone parece una excepción en el sector de la tecnología móvil, que en 2015 generó 3.1 billones de dólares según el principal consorcio del sector GSMA, organizador del Congreso Mundial de Móviles (MWC).
“Esta industria sería la cuarta economía mundial. Ellos sacan pecho de tener estos recursos, su responsabilidad debería estar a la altura”, critica Josep María Royo, investigador del observatorio Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, que estudia los conflictos armados.
También participa en la “Red de Entidades para la República del Congo”, una pequeña ONG local, que denuncia cómo esta industria financia indirectamente el conflicto armado del país, uno de los principales productores de cobalto y coltán, componentes esenciales para numerosos dispositivos.
“La RDC produce más de la mitad de cobalto del mundo. Un 20% del cobalto que exporta procede de minas artesanales del sur del país, donde los trabajadores excavan con las manos, sin herramientas ni protección”, denuncia María Cañadas, presidenta de Amnistía Internacional (AI) en la región española de Cataluña.
En enero AI publicó el informe “Por esto morimos”, denunciando las condiciones laborales en estas minas: jornadas de sol a sol, siete días a la semana y maltratos, además de un alto porcentaje de trabajo infantil.

X