Reforma
2015-05-19
Distrito Federal— En México hay un gran desperdicio de capital humano, ya que a pesar de que existe una gran cantidad de población, ésta no está lo suficientemente bien preparada o no hay empate entre los conocimientos y las necesidades productivas, señaló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Por un lado, alrededor de 40 por ciento de los adultos mexicanos tiene grado de bachillerato o profesional técnico, lo que se queda por debajo del promedio de 75 por ciento de entre los miembros de la OCDE, de acuerdo con el documento "Políticas prioritarias para fomentar las habilidades y conocimientos de los mexicanos para la productividad y la innovación".
Por otro lado, 30.9 por ciento de los empresarios considera que la inadecuada capacitación de la fuerza laboral representa una limitante en sus operaciones, cifra que es el doble del promedio de la institución, de 14.8 por ciento.
"Hemos desperdiciado en México la generación más grande de jóvenes que habrá en la historia del País.
"Hoy, de 2.2 millones de personas desocupadas en el País, la mitad son jóvenes", dijo Omar Rodríguez, coordinador de asesores de la Secretaría del Trabajo.
Una preocupación considerable sobre el desarrollo en las capacidades de los mexicanos es que la mayoría abandona la escuela en el nivel bachillerato.
La necesidad de trabajar va acompañada de un mercado laboral restringido que usualmente orilla a trabajar en la economía informal.
Además, tener un mejor nivel educativo en México no necesariamente se traduce en un menor riesgo de desempleo.
"Los propios jóvenes ven que los contenidos educativos son irrelevantes para introducirse en el mercado laboral y para los ingresos que reciben al terminar", explicó Rodríguez.
México tiene el undécimo mercado laboral más grande, y cada año se incorporan a la fuerza del empleo cerca de un millón de personas; sin embargo, el mercado no tiene capacidad de ofrecer trabajos formales.
Gabriela Ramos, directora de gabinete de la OCDE en México, señaló que es crucial hacer un mejor enlace entre el sistema educativo y el mercado laboral para asegurar que los conocimientos y habilidades sean recompensados con mejores empleos.
"El tema de habilidades tiene que ver con la integración de formar en la escuela, pero también con los que ya salieron de la educación formal, y entonces viene la pregunta para México de cómo ocuparnos de todos, los chiquitos y los que ya están en un mercado laboral con habilidades precarias, y la respuesta es que hay que seguir invirtiendo, monitorear dónde están y aprovechar y transformar sus capacidades", precisó esta experta.