Cinthya Ávila
El Diario
Ante constantes aperturas y cierres de negocios los restauranteros de la ciudad enfrentan rotación de personal en sus establecimientos.
Cristina Cunningham Hidalgo, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), dijo que el fenómeno comenzó a observarse en 2013 pero en 2014 se agudizó, con el alto índice de traspasos de bares y restaurantes.
Explicó que esto se debe a que los empleados se van a los negocios que recién inician operaciones, por tener la expectativa de que habrá mejor sueldo y propinas.
“Cuando un negocio es novedad tiene bastante gente y son más días de trabajo, pero conforme pasan las semanas el ritmo baja y también se reducen los días que hay que prestar servicio”, mencionó.
Lo anterior trae como consecuencia que el personal que labora en esta clase de negocios brinque de establecimiento en establecimiento, para aprovechar el auge de aperturas.
Cunningham señaló que hay negocios en los que actualmente el personal no dura más de un mes, lo que impacta en los gastos del propietario. “Los empleados se van con la finta de que un negocio que recién abre les dejará mejor sueldo y propina, pero cuando pasa la novedad hay menos rendimiento y es ahí cuando se van a otro restaurante o a otro bar”, explicó.
La líder del sector restaurantero en la ciudad dijo que esta situación es generalizada.
“En las solicitudes de empleo ves el panorama. Algunos en su anterior trabajo duraron un mes, si mucho”, comentó la presidenta de Canirac.
Este constante movimiento de personal impacta en los gastos de operación, por las inversiones que se hacen en capacitación sobre higiene y manejo de alimentos, por ejemplo.
“Eso para nosotros es un golpe, porque cada mes hay que capacitar nuevo personal en nuestros procesos higiénicos y nos genera costos adicionales”, resaltó.
A esto se agrega la tramitología que se hace de altas y bajas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Dijo que las acciones inmediatas que han tomado los restauranteros es esperar mínimo tres meses, para asegurarse de que el trabajador permanecerá un largo periodo, antes de pagar capacitaciones.
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