AFP
2015-02-10
Estambul, Turquía ─ Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20 reunidos en Estambul consideran que el abaratamiento del petróleo es una oportunidad para revisar las políticas presupuestarias.
"La bajada de los precios del petróleo brindará a sus países la ocasión de revisar sus políticas presupuestarias", según un borrador del comunicado final.
Los líderes piden sobre todo "favorecer las inversiones" y aprovechar la oportunidad de reducir todavía más las "subvenciones ineficaces".
Pero el comunicado, aún en su versión provisional, reconoce también que la caída del "oro negro" tiene implicaciones diferentes dependiendo de si un país es productor o consumidor.
El G20 promete en este texto actuar con determinación contra el riesgo de un estancamiento persistente en algunas economías avanzadas.
En este sentido se congratulan de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de lanzar compras masivas de activos.
Hay que calibrar con prudencia y comunicar claramente las acciones de los bancos centrales para evitar efectos secundarios en un entorno de condiciones divergentes de política monetaria y de creciente volatilidad de los mercados financieros, señala el documento.
El BCE lleva a cabo una política agresiva, en contraste con la de la Reserva Federal (Fed) -el banco central estadounidense-, inmersa en un ajuste monetario para acompañar el crecimiento del país.
El borrador también hace hincapié en el papel esencial de la política presupuestaria para apoyar la demanda doméstica, en un momento en el que se reprocha a Alemania que no aproveche sus excedentes comerciales para reactivar más la economía.
Unanimidad sobre crecimiento; preocupa Grecia
Los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G20 coincidieron sobre el crecimiento, pero divergieron entre bambalinas sobre temas más delicados, como Grecia o el petróleo.
Según una versión provisional de su comunicado final, los representantes de las 20 primeras economías del mundo reconocieron una perspectiva siempre favorable para el crecimiento y el empleo en algunas economías, pero expresaron su preocupación por la lenta recuperación, incluso el riesgo de persistente estancamiento en otras, como Japón o la zona euro.
Los redactores del comunicado se congratularon asimismo por los esfuerzos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que finaliza un arsenal de normas contra la optimización fiscal de las multinacionales y prepara un intercambio automático de informaciones contra el fraude de particulares.
El tema tiene una resonancia particular tras la publicación el lunes de revelaciones sobre la filial suiza del banco HSBC, en el llamado caso "SwissLeaks".
Además de estos temas oficiales, la reunión de Estambul estuvo marcada por el caso de Grecia.
El Ministro de Finanzas británico, George Osborne, uno de los más alarmistas, expresó su preocupación el lunes por la noche de que existan crecientes riesgos de que haya una "muy mala salida" a esta crisis.
Estas palabras suscitaron una cierta irritación entre otros participantes de este G20, en vísperas de una importante reunión en Bruselas de los ministros de la Eurozona, de la que Reino Unido no forma parte.
El Gobierno griego de Alexis Tsipras, dominado por el partido de izquierda radical Syriza, quiere salir de las políticas de austeridad y un programa-puente de unos meses, para negociar una reestructuración de su deuda.
Estados Unidos ha pedido a los europeos que sean pragmáticos en el caso de Grecia, mientras Francia intenta mediar entre quienes exigen que Atenas cumpla íntegramente con sus compromisos y los que abogan por una cierta flexibilidad.