El Universal
2015-01-25
Distrito Federal— Con una inversión pública que no impacta en la economía y un estancado mercado interno, como resultado de 6.8 millones de personas desempleadas y subocupadas, el único motor de crecimiento para 2015 será Estados Unidos, por lo que el aumento del PIB de México estará más cercano a 3.2%, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
“Si no se consolidan los esfuerzos para fortalecer el mercado interno y el entorno general para la inversión y bienestar del país, a través de hacer frente de manera decidida a los problemas de inseguridad, corrupción e impunidad”, el país no podrá aspirar al 3.5% de crecimiento o a un 5% para el 2018.
El CEESP, que dirige Luis Foncerrada, advirtió que otro factor que frena el crecimiento es la reforma fiscal, “que más que incentivar el consumo y la inversión contribuyó a su debilitamiento”, como resultado de que se crearon nuevos impuestos a productos de consumo general y se impusieron mayores tasas de impuestos que agudizaron la precarización del empleo. Se tiene también un sistema fiscal más complejo y caro que genera un “ambiente poco atractivo” para la inversión privada.
Pero, además de que no hay incentivos a la inversión privada, la inversión pública “no refleja resultados favorables en los últimos dos años”, a pesar de que tiene un papel primordial para el crecimiento del país.
“Durante 2013 el gasto público en inversión física se vio afectado por el inicio del nuevo periodo presidencial y fue uno de los principales factores con incidencia negativa en el crecimiento de ese año”, aunque en 2014 se observó un cambio importante que llevó a crecer este rubro de gasto a niveles de dos dígitos, pero “no se refleja en el ritmo de avance de la economía”.
Según el Inegi, durante los tres primeros trimestres del 2014 la inversión pública promedió una caída anual de 6.8%. Estos resultados hacen que se “intuya un problema en la asignación de los recursos y es la falta de transparencia y rendición de cuentas”.